zonadenoticias

miércoles, octubre 03, 2007

A treinta años de la muerte de Luis Hernández

El día de hoy se cumplen treinta años de la desaparición física, en Buenos Aires, del poeta Luis Hernández Camarero, quien naciera en Lima en 1941. Ayer, en la página de Contracorriente del diario El Comercio Ricardo León publicó una crónica sobre Hernández (pueden ver aquí la versión en pdf de dicho texto). El pasado viernes republiqué un reportaje de Giomar Silva incluido en el último Caretas y relacionado a la aparición del libro de Hernández La soñada coherencia, a cargo de Edgar O'Hara. Aquí quiero señalar que la entrevista citada por Silva, que dice fue "concedida [por Hernández] en los años setenta a la revista argentina Tsé Tsé", fue realizada por Alex Zisman (crítico y periodista peruano con varios años de residencia en Canadá) y publicada en el diario Correo de Lima el 05 de junio de 1975. Puede verse en este otro artículo una cita tomada de dicha entrevista utilizada a su vez por Silva en la parte final de su reportaje del último jueves.
Quiero, a modo de homenaje, incluir el siguiente poema de Montserrat Álvarez perteneciente a su primer poemario de 1991 Zona dark.

Monólogo de Luis Hernández cuando iba caminando hacia el tren que lo arrolló


Súbitamente hastiado del plato quebradizo, del peligro,
observo que he corrido como Tántalo tras su racimo de uvas
He subido la tierra hasta los cielos y bajado los dioses a esta tierra
hice defecar a las estatuas griegas y metí en el Parnaso a las prostitutas que me apetecían
Busqué la libertad en el hacer que sea lo que no es en el hacer que no sea lo que es
Trazo mis líneas firmes como un niño las suyas y espejismos tantálicos me mueven
Súbitamente hastiado de ser la carne frágil las frágiles costillas
de tratar de dejar el cigarrillo de cruzar por los pasos peatonales
Súbitamente hastiado, con una carcajada camino en dirección contraria a la que indican
las flechas de las leyes de los hombres
Estoy hastiado y francamente hastiado de la mesura de las fronteras de la prudencia y de los límites
Renuncio
Enfrento la violencia con violencia, sin apartar la vista y por voluntad propia
y no me haré a un lado si no me viene en gana
Yo soy el poeta, el hombre a quien los dioses
han condenado a la insatisfacción,
a morirse de vida y no de muerte.


En la foto: Luis
Hernández.