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domingo, abril 23, 2006

Radar de Libros: reseña a La hora azul

El suplemento Radar de Libros del periódico argentino Página/12 publica hoy una reseña de Gabriel D. Lerman a la novela La hora azul, de Alonso Cueto. "La presentación de esta novela en la colección narrativas hispánicas de Anagrama, con su característica portada de fondo gris, sumada al hecho de ser la ganadora del XXIII Premio Herralde de Novela (otorgado en noviembre de 2005), impone de antemano un halo de respetabilidad y expectativa", sostiene Lerman. También afirma: "Uno se acerca a La hora azul con la sospecha de que o bien se trata de un malentendido o realmente estamos ante una buena novela. Y lo cierto es que resulta fácil sumergirse rápidamente en su atmósfera, en sus personajes, en su violencia íntima, sugestiva y envolvente. Alonso Cueto lleva a sus personajes de la mano, de principio a fin, con verdadera solvencia, madurez y dirección. No hay partes sueltas, desvíos ni asomos de costuras. En este sentido, al cabo de unas cuantas páginas existe la tentación de pensar que Cueto se ha propuesto la reivindicación de un modelo clásico de novela". Y dice más: "La hora azul es una novela que les debe más a Hanif Kureishi y Paul Auster que a Vargas Llosa o Manuel Scorza. Por el lenguaje llano, intimista, por el modo en que se plantea la relación hijo-padre, por esa suerte de escepticismo radical y posmoderno que sin embargo no deja de ser la tentativa de defender valores individuales primarios". Respecto a la trama de la obra señala: "Lo actual político: pocas semanas antes de la primera vuelta en las elecciones presidenciales surgieron denuncias contra Ollanta Humala, candidato nacionalista, ex militar y partícipe en la represión a Sendero, sobre maltratos y vejámenes a pobladores en aquellos tiempos recientes. Lo perturbador: la forma en que ese personaje, el doctor Ormache, combina su modelo biempensante y civilizado con el hecho irreductible, disruptivo, de que es su propio padre quien ha hecho lo que ha hecho y no otro. Hay algo extraño para un lector argentino, que impone una averiguación extra: la novela, si bien se horroriza y sufre por la violencia de los militares, condena abrupta e inequívocamente a la guerrilla de Sendero. Ejecuciones sumarias y ejemplares, secuestro de un hijo por familia para combatir regularmente, saqueo y toma exterior de poblaciones, esta guerrilla es señalada y puesta en el eje del mal junto a lo que exudan los desagradables amigos de Ormache padre. Una lineal y sorprendente teoría de los dos demonios, a través de la cual puede entreverse por qué Fujimori, a comienzos de los noventa, se arrogaba el mérito de haber derrotado, a como venga, a los terrucos". Y concluye del siguiendo modo: "La resolución que Cueto logra con su puñado de personajes alcanza un tono medio, un respiro en el corazón del infierno. Nadie escapa a la tragedia aunque existe una débil posibilidad de redención. No hay realismo mágico aquí. No hay exuberancia literaria ni reminiscencias del boom latinoamericano. Llaneza, respiración austeriana. Sí la supervivencia de un tema: el padre. Que en América latina es el padre y es la patria. Porque recién empezamos y porque todo está como entonces. ¿Podrá el general José de San Martín, padre compartido con nuestros hermanos peruanos, ser, alguna vez, una fuente de inspiración militar algo más digna y menos canalla?".

En la foto: Alonso Cueto, su novela La hora azul también ha sido premiada en China.