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jueves, mayo 04, 2006

Reseña a Travesuras de la niña mala de MVLl

"La vaca profana" de la sección peruana de Terra escribe sobre la reciente novela de Mario Vargas Llosa Travesuras de la niña mala. Transcribo algunos pasajes: "Travesuras de la niña mala, la última novela de Mario Vargas Llosa, pertenece por tanto al género del melodrama trágico, pero también al libro de memorias ficcional, puesto que Ricardo Somocurcio no solo refiere la crónica de una dilatada y mortificante pasión por una mujer impredecible, sino que reúne, a través de las cartas de su tío Ataúlfo, residente en Lima, y de su propia reflexión retrospectiva, un testimonio memorioso del clima político e intelectual del Perú y de Europa hasta antes de los años noventa. En la línea del melodrama, Travesuras de la niña mala configura el amorío imposible entre una encantadora aventurera inmoral y un devoto y fascinado peruano, atrapado en el sueño de una vida feliz y sin sobresaltos en Paris, que la adora con infinita locura, y cuya existencia paradójicamente cobra sentido y una vitalidad inigualable cuando ella aparece para desbaratársela. Vargas Llosa juega al límite mismo del cliché, puesto que la imagen de la aventurera sin escrúpulos es patrimonio de una larga tradición dentro de las películas de la edad dorada hollywoodense, el cine de matinés mexicano y el melodrama de folletín. Pero nunca cae en ella, aunque coquetee con sus diálogos más característicos -sabiamente ironizados- puesto que la figura de la niña mala escapa con sutileza y, por ello, con maestría, al estereotipo en el que se le incluiría a primera vista". También sostiene lo siguiente: "En Travesuras de la niña mala, Vargas Llosa por fin salda cabalmente una vieja deuda con la crítica literaria especializada: consigue un personaje femenino que respira por cada poro, que hace de su vida un monumento a su carácter y a su autonomía; no es una mera marioneta determinista ni un recipiente para convocar una idea (lastimosamente, ese fue el caso de la Urania de La fiesta del Chivo, solo fabricada para ser víctima y acusadora de la crueldad de su país). La niña mala es imprevisible e inacabablemente imaginativa. Nadie tiene una personalidad tan fuerte en la novela ni nadie es esperado en el relato con mayor ansiedad que ella". Casi al final de la reseña, se lee: "En Travesuras de la niña mala, Vargas Llosa adopta el ojo amable de un ciudadano ejemplar y sin resentimientos que puede examinar su pasado con nostalgia y hasta con cierto candor; su drama antes que público e histórico es privado, íntimo, y en estos términos se resuelve su historia y la novela misma. El ducho narrador visita de nuevo los años de sus mejores novelas, pero ahora para iluminarlos con un individualismo ligero, ajeno a la visión épica o fatalista de la historia, de cariz existencialista o socialista, que profesó cuando escribió sus mejores novelas. Travesuras de la niña mala es, en tanto libro de memorias ficcional, una pieza más de la estrategia revisionista de Vargas Llosa para expurgar de su imaginario un pasado ideológico del que públicamente se ha retractado".