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jueves, octubre 11, 2007

Festival Viva América: Santiago Roncagliolo y La cuarta espada

Tal y como comenté en el post anterior, la noche de ayer en la sala Borges de la Casa de América en Madrid se llevó a cabo la presentación del libro La cuarta espada de Santiago Roncagliolo. Se repartió un folleto (de 28 páginas) editado por Debate que contiene una extensa entrevista realizada por Diego Salazar. A la hora exacta del inicio de la presentación, cuando la sala estaba copada de público, apareció un Santiago Roncagliolo impecablemente vestido con una camisa negra de seda que le caía sobre unos pantalones caquis. Esta proyección personal puede ser vista como un complemento (lo mediático y lo bestsellerizado) que guarda relación con su periodístico acercamiento al tema de la violencia política.
Si bien la organización había destinado una pequeña mesa, el autor prefirió estar de pie en todo momento. A un lado del escenario había una pantalla en la que se proyectaba imágenes relacionadas con el tema del libro. "Muchas gracias por su presencia en el Viva América", fueron las palabras con las que Roncagliolo saludó al público, para de inmediato proceder a comentar la historia que motiva La cuarta espada. Así, a lo largo de su exposición el auditorio presenció a Santiago comentando con la ayuda de diapositivas los primeros momentos de la lucha armada senderista a partir de la foto del policía descolgando a un perro de un poste de luz; a Santiago mostrando la foto policial de Abimael Guzmán; a Santiago remarcando la forma en la que SL adoctrinaba a sus seguidores en las aulas de la Universidad de San Marcos; a Santiago describiendo el rol que jugó el capturado "camarada Feliciano"; a Santiago dando cuenta de la iconografía senderista requisitada por la Dincote; a Santiago hablando de la cúpula senderista que firmara el llamada Acuerdo de Paz; a Santiago enfatizando la marcada presencia femenina en dicha organización. "El nivel de violencia de los militares no fue muy distinto al de SL", expresó el autor. Otro punto que trató fue el de la extraña muerte de Augusta La Torre y de las contradicciones que surgieron de las declaraciones que sobre este hecho Guzmán e Iparraguirre dieron a la policía.
Fue una hora en la que el autor demostró su claro dominio de la escena al presentar didácticamente el material que nutre La cuarta espada. Su agilidad y desenvoltura no significó que su discurso se alejara de la traumática magnitud que para el Perú representó esta etapa de su historia. Dejó en claro de que quería mostrar a todas las partes involucradas activamente en el conflicto sin jerarquizar alguna de las historias; pretensión que tendrá que ser evaluada por el lector al momento de tener en sus manos el libro. No olvidemos que toda construcción (como es la redacción de un libro, ficción o no ficción) conlleva la intervención de un autor en la materia de su indagación.
Roncagliolo mencionó como influencias de La cuarta espada a las novelas Soldados de Salamina de Javier Cercas y Enterrar a los muertos de Ignacio Martínez de Pisón. Entre las preguntas formuladas por el público surgieron inquietudes tales como si es posible pensar el Perú de SL sin considerar la "alternativa revolucionaria" del MRTA (pregunta a cargo de Javier Corcuera), si los indígenas retratados por Arguedas "como explotados por los blancos" estuvieron dentro de SL, si había considerado el documental State of Fear (Estado de miedo) de Pamela Yates, qué pasaba hoy por hoy con los soldados que lucharon contra SL y que actualmente tienen como líder a Antauro Humala, etc.
Finalmente, transcribo una de las preguntas incluida en el mencionado folleto. "Uno de los mitos que el libro parece derrumbar es la supuesta conexión entre Sendero Luminoso y el narcotráfico...": "Bueno, sí y no en realidad. Es decir, Sendero Luminoso creó una especie de Estado en estas zonas, creó una especie de policía para proteger la zona y esto incluía a los campesinos cocaleros. Protección por la que cobraban. Cobraban un impuesto al narcotráfico, establecieron un precio por esa protección que brindaban. Era una suerte de tributo, pero no es que, como se ha dicho muchas veces, fueran el ejército de los narcotraficantes en ningún caso. De hecho, según ha salido a relucir en innumerables declaraciones, el ejército de narcos era el ejército peruano, eran las propias fuerzas armadas las que los protegían y un dinero importante era percibido por el Estado peruano".

En la foto: Santiago Roncagliolo durante la presentación de su nuevo libro ayer en la Casa de América.