Alfredo Marcos
Carlos Castro, subdirector de La República, opina hoy en dicho diario a raíz de los cambios ministeriales pre navideños que "es evidente [en este gobierno] su inclinación hacia la derecha y los grupos de poder económico". Y aún añade: "Cómo será el impacto de la renovación ministerial que hasta los calatos de Alfredo deambulaban en medio de un festín ajeno a su magra vestidura". Leí estas líneas y recordé un post de Raúl Wiener del pasado viernes (como la página web de La Primera desde hace varios días "se encuentra en mantenimiento" no sé si Wiener ha publicado ahí también dicho texto) titulado "Calatos pero contentos", en el que el periodista sostiene que "estos entrañables personajes han sufrido la mutación [...] que son por supuesto el reflejo de la confusión de su creador y ante todo de su estrecha relación con Alan García". Por mi parte, debo confesar que es evidente que la pluma de Alfredo ha sufrido desde el inicio de este gobierno una ostensible disminución de su filo satírico. Como bien señala Wiener, "sus dibujos hace tiempo que no dan risa sino línea política". Así, por ejemplo, su tira cómica "La vaca y el perro" en Domingo de La República no provoca mirarla ni mucho menos leerla. En realidad, del Alfredo actual lo que más gracia da es ver a ese Alan García treinteañero que actualiza eternamente en sus caricaturas políticas, un García que contrasta elocuentemente con el mucho más certero y mordaz de Carlín. Carlos Cabanillas entrevistó en Caretas en noviembre del año pasado a Alfredo Marcos y le preguntó sobre estas cuestiones. Sus respuestas no suenan (ni sonaban) muy convincentes. Sin embargo, albergaban una filosofía: "No hay que limitarse a la crítica artera o jocosa, sino a reflexionar". No sé si el caricaturista continúe integrando el denominado Grupo del Deber, "un colectivo de pensadores" conformado, además de Marcos, por Carlos Franco, Hugo Otero, Julio Cotler, Fernando Fuenzalida y Hugo García Salvatecci, como dio cuenta Enrique Chávez de Caretas en agosto del 2006 (pueden ver a su vez esta página web de la Presidencia del Consejo de Ministros). En todo caso, no es tan extraño entonces que los calatos de Alfredo "deambulen en medio de un festín ajeno a su magra vestidura". O que opinen estas cosas: "Ser de izquierda ahora podría parecer ser de derecha y viceversa". Y vicevesa. Y bis. ¿Los calatos de Alfredo seguirán calatos hasta el 2011? ¿Su Alan García continuará eludiendo a Botero?
En la foto: Alfredo Marcos y su fantasía alanera.
En la foto: Alfredo Marcos y su fantasía alanera.