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lunes, enero 02, 2006

Dos poetas: Corcuera y Silva Santisteban

La Republica publica hoy una entrevista al poeta Arturo Corcuera a propósito de una nueva reedición (la undécima, a cargo del Fondo Editorial de la Universidad Alas Peruanas y del Fondo de Cultura Económica) de su clásico Noe delirante, en versión completa y según parece definitiva (la primera edición data de 1963). En la nota, Corcuera define a la poesía como "un fuego de palabras" y comenta que "Darío aconsejaba que cuando una musa da a luz las otras queden encinta. Veo también que poetas como Toño Cisneros y Rodolfo Hinostroza siguen el consejo de Rubén". El Comercio entrevista también a Corcuera, y aquí el poeta cuenta que su "decisión de vivir en Chaclacayo [en las afueras de Lima] fue una inversión de vida, lejos del smog, de la estridencia urbana", lo que le "permitió encontrar todos los elementos naturales que motivaron este libro: el cerro, el río, la luna arrastrada por las aguas, la acequia, los árboles, la parra, la fuente, la mariposa, el grillo, los pájaros, la niebla nocturna, los cielos estrellados". Quiero llamar la atención sobre una nota anónima publicada ayer en El Dominical de El Comercio que da cuenta de la aparición de este libro. En la misma se dice que el poemario contiene "una crítica velada a los fantasmas de la época [en que inicialmente fue publicado], como el imperialismo y la supremacía de la cultura norteamericana en esta parte del mundo". Como ha podido verse en lo expresado por Rivera Martínez en su artículo en la misma edición de este suplemento, así como en las declaraciones de Chomsky en el mismo diario, lo que denuncia en su poesía Arturo Corcuera tiene plena vigencia y para nada pertenece a combates con historias del pasado.
Por otra parte, en La Primera, Jack Martínez entrevista a Rocío Silva Santisteban, poeta de las canteras ochenteras que publica después de diez años un nuevo poemario: Turbulencias, editado por Estruendomudo. En la nota, la escritora comenta que se trata de un libro cuyos poemas "están llenos de ironía, sarcasmo, y escenas graciosas", los cuales "fueron creados en un periodo muy corto de tiempo". También, reconoce que su escritura poética está llena de un sentimiento de culpa cristiana; sentimiento que "está muy arraigado a la cultura occidental y, sobre todo, en América Latina, y que es la misma con la que yo me he criado".

En la foto: Corcuera asegura que con esta edición cierra el ciclo del Noé delirante: "Creo que ya le he dedicado mucho y he llegado a mi límite pues a la vez he estado escribiendo otras obras".