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lunes, enero 02, 2006

Literatura y arte 2005, novedades culturales 2006 y doble objetivo cultural para el próximo gobierno

La página cultural del diario La Primera preguntó el sábado a los poetas Pablo Guevara, Rodolfo Hinostroza, Marco Martos, José Watanabe y Mario Montalbetti, a los narradores Alonso Cueto e Iván Thays y al critico literario Ricardo González Vigil por los tres libros más importantes del año, el peor libro y por el escritor revelación. En relación a la segunda pregunta, ninguno menciona una obra en particular. El domingo, Ismael Pinto y T. Sinche, de Expreso, publican un "Intento de balance sin liquidación" de los libros del 2005, el cual, como no aparece con un específico link, añado a mi novísimo blog de notas inspirado, por supuesto, en el suyo propio del Cuaderno Moleskine de Thays. Por su parte, hoy en Perú 21, José Gabriel Chueca también hace un balance pero correspondiente a las "Visiones del arte de 2005". Y, en relación a este nuevo año, El Dominical de El Comercio ofrece un especial con las "Novedades culturales del 2006" (libros, teatro, arte y música), así como lo que se espera de la ciencia en los próximos doce meses. A propósito del resumen literario del 2005 que ofreció el domingo anterior, este suplemento publica una carta del lector Arturo Córdova Ramírez en la cual señala que dicho artículo "expresa opiniones y, sin embargo, no lleva la firma de ningún autor", y se pregunta si "es que acaso ese resumen tan parcializado es la opinión de todo el suplemento". El Dominical se limita a consignar la carta.
De esta misma publicación, quiero destacar el artículo "Por el derecho a la cultura" (en relación con la creación de un Ministerio de Cultura en el Perú) de Edgardo Rivera Martínez. En él, el escritor señala que "hoy prima, en los países más ricos del mundo, así como en círculos empresariales y políticos de los más pobres, una ya vieja y casi tradicional indiferencia [hacia la cultura], a la cual se añade ahora un fundamentalismo neoliberal centrado en el culto al mercado y el consumo, y alineado con la globalización impuesta por el imperio. Todo ello, además, al tiempo que se acentúa en naciones como la nuestra, un fenómeno aún más grave y estrechamente vinculado con aquel, esto es el continuo descenso, verdaderamente abismal, del nivel de la educación pública". Por ello, propone proseguir "en el diseño de un proyecto de estructura y funciones" de un Ministerio de Cultura y "avanzar también en el aliento a la formación de una red de casas de la Cultura, surgidas desde abajo, democráticamente, sobre todo allí donde no hay mayor presencia del Estado". A modo de ejemplificación, Rivera Martínez se refiere a las experiencias colombiana y mexicana que tienen que ver con iniciativas estatales en el tema de la promoción cultural. Su reciente presencia y participación en la FIL de Guadalajara le sirve para expresar "cuán inmensa y diversa, en comparación con las nuestras, y cuán grande es [en México] el apoyo que el Estado y la sociedad brindan a la labor de los creadores y de los investigadores, y a la difusión de sus obras, para no hablar de la educación". Como diría Vallejo, hay, hermanos, muchísimo que hacer.


En la foto: Edgardo Rivera Martínez propone doble objetivo al próximo gobierno para proseguir y alcanzar "un efectivo y justo desarrollo nacional".