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lunes, enero 16, 2006

Rafo León sobre racismo

Como apunté ayer, el diario El Comercio publicó un artículo de Mario Vargas Llosa en el que uno de los temas abordados por el novelista fue el del racismo. Ayer, este tema fue tratado con amplitud también en este mismo diario a través de una entrevista (publicada en la totalidad de su segunda página) de Patricia del Río al periodista y escritor Rafo León, creador (a través de monólogos en primera persona ofrecidos a modo de crónica periodística) del personaje La China Tudela, una simpática señora racista y clasista de la burguesía limeña. La catalogo exclusivamente a través de sus taras no sólo porque básicamente esa es la configuración esencial que da vida, presencia y actualidad al personaje (El Comercio de hecho la presenta como el "personaje más representantivo de la discriminación en el Perú"), sino porque la entrevistadora le formula algunas preguntas a Rafo León con relación a este personaje y al tema mencionado: "Ahora, debo confesarte que me molesta muchísimo encontrarme con la pituquería cuando me celebra el personaje. Me pongo de un humor horroroso y siempre que me ocurre, decido que es la última vez que escribo, que no va más...", expresa León. Lo que lleva a del Río a comentarle: "Porque te estás convirtiendo en el abanderado, en el ícono...": "En ese aspecto creo que hay efectivamente un asunto de representatividad perversa".
Sobre el tema del racismo en sí, Rafo León expresa varias reflexiones interesantes que paso a consignar: "Creo que hay que aclarar la opción Humala, como hay que aclarar todas las demás, pero apertrecharse en un feudo social y reaccionar con paranoia es lo peor que puede pasar en este momento. No solamente porque se termina alimentando al candidato al que se recusa, sino porque ahondas las brechas que en este país son peligrosísimas, y que puede tener una salida muy seria y muy violenta. Esa reacción de la prensa, básicamente joven, me parece sumamente irresponsable". También: "El racismo en el Perú definitivamente existe. Tenemos datos concretos, dados por el Indecopi, sobre multas a discotecas por discriminación racial, o las terribles cifras del informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, así que es un hecho innegable". Y también: "El comportamiento del racismo en el Perú es muy plástico, es adaptativo. No vivimos en un 'apartheid' con reglas de exclusión establecidas; la discriminación es más bien sutil, pero sumada a ciertas condiciones económicas y a determinadas ideas, configura un fenómeno de exclusión mucho más complejo, que va más allá de lo racial". O este aspecto referido al buen gusto como arma soterrada para perpetuar la exclusión y afianzar los privilegios: "Efectivamente, si nos quedamos simplemente en la evidencia física de la raza no podremos entender nada de lo que está ocurriendo actualmente en el Perú. Por ejemplo, podrá parecer frívolo, pero una tiranía evidente es la cultura del buen gusto. Ese es uno de los elementos de mayor exclusión, por lo menos en Lima. Existen reglas no escritas, tácitas, sobre lo que son el buen y el mal gusto, que se ejercen día a día en ciertos sectores sociales altos, y que constituyen barreras de discriminación absolutamente contundentes". Finalmente, esta reflexión que extiende la práctica del racismo hasta los tiempos de la Colonia: "¿Qué es lo que defiende o perpetúa esta conducta de la exclusión?": "Básicamente, la experiencia del privilegio. Sentirte el elemento actuante y terminal de una tradición muy larga de 400 años, donde tú no has participado de un mundo de sujetos de derecho, sino de sujetos de privilegio. Esa situación de privilegio se traduce en el día a día". Día a día que, día a día, habrá que cambiar.