Christian Bendayán: Lima y la selva (y la "Mamá Ícaro" de Alfredo Márquez)

El título ("Mamá Icaro") se puede interpretar como La Madre de los Cantos Shamánicos, y hace referencia a un tema barroco andino llamado La Virgen del Cerro. El mismo fusiona en una sola imagen a la Virgen María y la montaña de oro y de plata de Potosí como un Apu tutelar y principal, aunque responsable, a causa de su sobreexplotación, de la muerte de millares de indios forzados a trabajar en las minas.
La imagen central del lienzo es de la vedette Mariella Zanetti. Ella está a punto de amamantar dos fetos de llama (pagos a la tierra por pedidos de fertilidad y abundancia). Las alas que se despliegan de la espalda de la vedette son de guacamayo (una de las aves más fabulosas de la tierra) y el aura de rayos místicos es de oro y corresponde a la Virgen del Pilar. La virgen-vedette es una imagen ascendente que brota de la tierra arrasada por la guerra, la manipulación transgénica y la destrucción masiva de hombres, animales y especies vegetales; pero el aura propia que la envuelve tiene la coloración verde fosforescente que es típica de las visiones del ayahuasca.
En la base de la imagen se encuentra una mujer ashaninka que sí amamanta a un niño, mientras un grupo de niños descansa a sus pies. El conjunto de bomberos que se dirige hacia la cintura de la gigantesca Virgen-vedette es el que ingresó a los escombros de las Torres Gemelas tras su derrumbe. Lo que se ve en los túmulos de aglomeraciones orgánicas conforma la silueta del Huayna Picchu: una montaña de osamentas de cráneos de vacunos.
En el plano más próximo, se forma la silueta de la meseta donde se encuentra Macchu Picchu: una montaña de cadáveres de vacas locas que arden en medio de su incineración. En oposición, a los lados, un rondero sostiene como trofeo de guerra la bandera del PCP-SL (¿agitación y propaganda, o exhibición del enemigo vencido?), mientras al lado opuesto un hombre exhibe su espalda llena de heridas (¿víctima de la violencia política o de la enfermedad?).
Sobre el cielo rojo que prefigura la selva (un amanecer en esa última frontera de futuro que es la selva amazónica), se despliega el diseño textil de un manto shipibo que justamente ha sido confeccionado como un Canto Shamánico de Sanación a la Tierra. Las formas geométricas que son típicas de estos diseños son una suerte de escritura ideográfica que además son cantos shamánicos (ícaros).
Sobre la parte superior se estructura otra trinidad conformada por los cadáveres decapitados de las "vacas locas" sostenidos por las grúas (la analogía entre decapitación y desideologización es permanente en mi propuesta), así como por el cóndor central que tutela y organiza una especie de Yawar Fiesta desplazada. Las pinzas de las máquinas simulan las garras y/o picos del cóndor.
En la foto: "Mamá Ìcaro" de Alfredo Márquez. Técnica: Mixta. Lienzo intervenido con pintura acrílica e impresión digital transtelado con cera sobre lona. Medidas: 240 x 240 cm. Fecha: 2005.