Dos aclaraciones más
Día de aclaraciones y rectificaciones. La primera: Hoy recibí un e-mail de Carlos Meneses donde desmiente y/o pone en duda una información que me proporcionara con relación a la pronta aparición de una nueva novela de Enrique Congrains Martin y que este martes difundiera aquí: "Estimado Paolo, me apresuro a escribirle para hacerle saber que el homenaje a Congrains sería alrededor de julio de este año. Por otro lado me dicen, y no sé si aceptar, que no se trata de una novela nueva sino de reedición de una de sus antiguas. Perdón si le he hecho cometer errores, se lo conté tal como me dijeron hace varios días. Un abrazo, su amigo, C. Meneses".
La segunda: como apunté el pasado martes 07, debido a un descuido de edición un poema mío apareció publicado bajo el nombre de la poeta Rossella di Paolo en una antología de poesía peruana a cargo del crítico mexicano Víctor Manuel Mendiola y publicada por el Fondo de Cultura Económica. A inicios de la semana, Mendiola me escribió el siguiente e-mail: "Estimado Sr. Paolo de Lima, me siento muy apenado por el error que aparece en mi antología La mitad del cuerpo sonríe. Su texto se encuentra entre los poemas de Rossella Di Paolo por dos razones: la primera: yo tenía separado el poema "Al comenzar..." (un texto que me interesa) y consideré en incluir poemas suyos en la antología. No lo hice porque me decidí por una visión más sintética. Con esto quiero decir que sus poemas estaban en mi lista casi final y que por un error imperdonable se confundieron con mis originales; la segunda: la coincidencia de que su primer nombre es practicamente igual al apellido de Rossella. Eso provocó que ocurriera la confusión que mencioné arriba en el momento que comenzó la presión de entregar la antología por la fecha de realización de la Feria [del Libro de Guadalajara]. Ninguna de las razones son una justificación y le pido que acepte una disculpa. Con un cordial saludo, Víctor Manuel Mendiola". El descuido del Sr. Mendiola no sólo me atañe a mí y a Rossella Di Paolo (y a nuestra propia poesía), significa sobre todo un descuido que llevará a equívoco a los distintos lectores que accedan al libro. Lo urgente es incluir de inmediato una fe de erratas dando cuenta de este hecho dentro de los ejemplares que aún no hayan sido distribuidos y, hasta donde sea posible, ver la manera de incluir la fe de erratas en los libros que se encuentren en las diferentes librerías y bibliotecas de América Latina y otras partes del mundo a donde una editorial tan importante y de amplia difusión como es el Fondo de Cultura Económica suele llegar. No se me ocurre por el momento otra forma más concreta para impedir que la confusión se propague más.
La segunda: como apunté el pasado martes 07, debido a un descuido de edición un poema mío apareció publicado bajo el nombre de la poeta Rossella di Paolo en una antología de poesía peruana a cargo del crítico mexicano Víctor Manuel Mendiola y publicada por el Fondo de Cultura Económica. A inicios de la semana, Mendiola me escribió el siguiente e-mail: "Estimado Sr. Paolo de Lima, me siento muy apenado por el error que aparece en mi antología La mitad del cuerpo sonríe. Su texto se encuentra entre los poemas de Rossella Di Paolo por dos razones: la primera: yo tenía separado el poema "Al comenzar..." (un texto que me interesa) y consideré en incluir poemas suyos en la antología. No lo hice porque me decidí por una visión más sintética. Con esto quiero decir que sus poemas estaban en mi lista casi final y que por un error imperdonable se confundieron con mis originales; la segunda: la coincidencia de que su primer nombre es practicamente igual al apellido de Rossella. Eso provocó que ocurriera la confusión que mencioné arriba en el momento que comenzó la presión de entregar la antología por la fecha de realización de la Feria [del Libro de Guadalajara]. Ninguna de las razones son una justificación y le pido que acepte una disculpa. Con un cordial saludo, Víctor Manuel Mendiola". El descuido del Sr. Mendiola no sólo me atañe a mí y a Rossella Di Paolo (y a nuestra propia poesía), significa sobre todo un descuido que llevará a equívoco a los distintos lectores que accedan al libro. Lo urgente es incluir de inmediato una fe de erratas dando cuenta de este hecho dentro de los ejemplares que aún no hayan sido distribuidos y, hasta donde sea posible, ver la manera de incluir la fe de erratas en los libros que se encuentren en las diferentes librerías y bibliotecas de América Latina y otras partes del mundo a donde una editorial tan importante y de amplia difusión como es el Fondo de Cultura Económica suele llegar. No se me ocurre por el momento otra forma más concreta para impedir que la confusión se propague más.