Un poema para Ch'aska

CUANDO CANTA CH'ASKA
Engulle palabras la voz de los poetas:
es como caer al abismo de la nada,
explotar en los cristales del abandono,
bajo los dioses de un totem perdido,
no sé dónde, en las lagunas verdes
de una sábana dormida en las mañanas.
Erigen dioses de papel en una esquina
para descifrar una mañana el vacío
y dejar colgada en una percha la ilusión,
como un pez pescado que no mueve las aletas,
como un pez escurrido que abre la boca
y se asfixia,
y engulle el anzuelo de las negaciones
para no salir,
para nunca más salir de su círculo.
Habrá que descender hacia el origen
a la palabra licuada de las piedras,
al quechua son de los sones,
y bucear en sus lagos el silencio
que une a los hombres árbol,
a los hombres piedra,
a las gacelas de la noche
que cantan bajo la luz de la armonía
y alzan las manos más allá de la luna
donde se pierde el cielo.
En la foto: Ch'aska Anka Ninawaman. Pueden ver en esta selección uno de sus poemas.