zonadenoticias

lunes, marzo 03, 2008

La vaca profana y Javier Ágreda sobre El narrador de historias


"Novela de ideas de izquierda de un tiempo ya ido, relato pedagógico de un progresismo anacrónico en la voz de un viejo narrador oral nómada que solamente evita la petulancia por la curiosidad que nos despiertan algunas de sus ocurrencias verbales, El narrador de historias no es el esperado regreso en forma de Congrains. Pero puede leerse como un documento en cuyo conservadurismo lingüístico e ideológico se perciben las pistas de un territorio suspendido en el tiempo —el de la vieja izquierda latinoamericana— que requiere de urgente transformación para sobrevivir", escribió el lunes pasado La vaca profana de la sección peruana de Terra. "El narrador de historias es una novela irregular y excéntrica, con muchos puntos de contacto con el arte naif o el cine de muy bajo presupuesto, como las películas de Ed Wood. Congrains no se dio cuenta que esos 50 años de alejamiento de la escritura le hicieron perder el oficio literario, especialmente el buen manejo de las técnicas narrativas, y que no estaba capacitado para abordar un proyecto tan ambicioso como esta novela. Además, y es lástima, no parece haber contado con asesores ni editores literarios que le hagan notar los errores, las caídas en el absurdo o lo desafortunado de muchas frases", sostiene hoy Javier Ágreda en La República.
Ágreda también menciona que el personaje Cayetano Cómpanis "tiene un breve romance" con Nanda. Para La vaca profana en dicho romance se encuentra "un acierto estético verdaderamente trasgresor en el relato de Congrains": en su "original representación del encuentro amoroso [se ubica] un ejercicio del coito sin roles preestablecidos, donde hombre y mujer pueden ser alternativamente dominante y dominado, activo y pasivo. Un discurso tan franco y sin rodeos sobre las delicias del cunilingus, la estimulación anal, los intercambios de fluidos de todo tipo, y los masajes y delectaciones del tacto de los cuerpos no tiene antecedentes en la literatura peruana. Ni el barón de Cañabrava ni don Rigoberto, los personajes más erotizados de la obra de Vargas Llosa, poseen la limpieza de Cómpanis para beber de la copa del sexo hasta las heces con una inocencia [de] niño", afirma.

En la foto: Enrique Congrains Martin.