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jueves, mayo 18, 2006

Entrevista a subcomandante Marcos

El jueves pasado apareció en La Jornada de México la tercera parte de una extensa entrevista ofrecida en las propias instalaciones del diario por el subcomandante Marcos al periodista Hermann Bellinghausen. Incluyo aquí algunas de sus declaraciones: "La izquierda tiene definiciones básicas, una respecto al sistema económico. Se puede ser de izquierda culturalmente, en contra del chauvinismo, la misoginia, la homofobia. La izquierda política se tiene que definir frente al sistema y ser anticapitalista, tiene que definirse básicamente en términos de responsabilizar a un sistema, no a una administración. La otra campaña se está planteando sólo a nivel anticapitalista de izquierda, sin ir más allá. Por eso la otra campaña habla de rebelión, no de revolución. Es una escuela no sólo para la misma gente, sino para las políticas de la izquierda. La izquierda que va a salir de la otra campaña va a sorprender a muchos, entre otros a los que ahora dicen que ahí están los de siempre. Son 'los de siempre', pero su característica común es que no se vendieron ni rindieron. Ahí sí, con todos sus defectos, pero es gente honesta, a lo mejor no les gusta su modo. Y esa honestidad que les permitió no venderse y no rendirse les está sirviendo para poder aprender de los otros".
Un tramo de la conversación tiene que ver con los inmigrantes hispanos en Estados Unidos. "El movimiento de los migrantes en Estados Unidos ¿qué tiene que ver con la otra campaña?": "Estamos llegando a los migrantes por dos lados. Uno, el más fuerte, es por abajo, o sea por las familias, en todas partes en la medida en que están aquí, hemos pasado por la otra campaña y nos han dicho que prácticamente no hay familia que no haya perdido un ser, ya sea por muerte, sea porque está allá que ya no lo ven, y sienten esa necesidad de reconstruir, no sólo su familia sino su comunidad. Nos han platicado que esa es la situación en mi pariente, hombre o mujer, joven, que tuvo que emigrar porque nuestro país no pudo darle trabajo digno. Y cuentan todo el sacrificio que tienen que pasar para juntar el dinero para pasar y, a ver si pasan la frontera. Por ese lado de abajo es toda la situación de despojo económico. Esta es la parte de abajo, pero entramos también por la parte de arriba a la hora que los compañeros de allá dijeron, éste es el problema y esto es lo que nos hizo que nos votaran de aquí, y nos alejaron de nuestra familia. Y tampoco la opción política, necesitamos participar en otra cosa que nos reconozca, porque siempre el sector de migrantes en Estados Unidos es como un coto de caza, sobre todo ahora que está el voto también de aquel lado, y esos grupos se han logrado constituir dentro del imperio con esa fortaleza y esa rebeldía, pues no van a dejar que alguien se los almuerce, por muy de izquierda que sea. A la hora que ven que la otra campaña es un espacio donde pueden conservar su autonomía, su independencia, su identidad, pues le entran. Nosotros vemos que a mediano o corto plazos va a aumentar el flujo de migrantes. Con este cinismo de Fox que dice que la economía nacional va bien, porque los migrantes están enviando las remesas a tiempo. Pero el gobierno de Estados Unudos va a cerrar la frontera con muchos métodos. Va a terminar deportando a algunos y obtener la aquiescencia del gobierno mexicano de cerrar la frontera. Entonces, se va a convertir todo esto en una olla de presión, ¿por qué entonces, adónde va la gente?, sin trabajo, sin tierra y despojada de todo. Se crea una presión social muy fuerte, a la cual no hay salida de empleo, de expectativa social, de nada, porque no hay nada que producir ni vender. La gente nos dice que a veces tiene toneladas de maíz, pero que no puede sacar, porque no tenemos precio, no nos dan precio para cosechar, nos sale más caro cosecharlo que dejarlo ahí, porque no se vende, porque no hay buen precio. Para qué vas a sembrar maíz u otro producto si no da. Entonces, se destruye todo eso y viene la importación de alimentos. Una guerra, haz de cuenta que un ejército hubiese destrozado todo esto y se acaban los cultivos, hay desplazados y la gente tiene que huir y los desplazados que en este caso son millones, sostienen la economía, pero eso no se puede mantener por mucho tiempo. En ese sentido, la otra campaña en ambos lados de la frontera está atendiendo la línea por abajo, que es por donde pensamos que debe ser, entre los familiares y los que se fueron. Este es el otro México que nos va a unir. Toda la movilización que vemos se da fuera de los partidos, porque ya ni el Demócrata ni el Republicano allá. No hay para dónde hacerse, es parte también de la crisis de la clase política en todo el mundo y que esos movimientos para sobrevivir ahí, como tales, con su propia identidad latina, no sólo mexicana, llegan también al tope de que algo tenemos también que hacer. Y ninguno de los organizadores, ninguno de los convocantes esperaban esa asistencia. Están pasando cosas que no vienen en los manuales de los columnistas políticos, que no están en la relación de fuerzas. Quiere decir que no se está mirando hacia abajo, no se está viendo que en las corrientes de abajo hay un proceso organizativo que no depende de lo que está pasando arriba de los partidos políticos, ni de la clase política. En el momento en que empiecen a plantear acciones unitarias, es cuando entonces dicen, ahí estaban los equivalentes, al primero de enero de 1994, pero civiles y pacíficos, pero en ambos, qué honor, es la sangre mexicana".
La parte final de la entrevista está enfocada en el panorama que se presenta actualmente para la otra campaña en América Latina. Transcribo la parte relativa a Bolivia: "El caso de Bolivia, esto que se manejó como que era un desprecio, una descortesía de nosotros hacia el movimiento (por no ir a la toma de poesesión de Evo Morales), decimos que ahí, a diferencia de México y otros lugares, hay un movimiento popular que rompe una estructura de dominación y logra meter a uno de ellos. Entonces se enfrenta a un montón de problemas de cómo se da la relación entre gobierno y movimiento, entre gobierno y todo eso. Ahí lo que se debe hacer es mirar hacia abajo, hacia el movimiento que hizo posible eso y respetar esas decisiones, no la que está tomando a nivel de gobierno, a nivel institucional, sino que se tomen las valoraciones que se hacen abajo [En ese sentido, el problema con la institución gubernamental boliviana] es mirar hacia arriba. Evo está en el poder, es el presidente, pero en ese sentido el gobierno se debe ver desde abajo. Todavía no [se le puede ver como un poder popular]. Puede ser que en eso derive. Estamos atentos a lo que dice el movimiento de abajo, el movimiento popular indígena que es el que encabeza todo eso. Nosotros les dijimos claramente: miramos hacia arriba cuando la gente de abajo nos dice mira hacia arriba. Estamos esperando que el movimiento indígena boliviano, con el que llevamos simpatía, pero ellos mismos están viendo cómo se va todo, cómo avanza, y hubiera sido un error de nosotros, no sólo dentro de la otra campaña en México, sino también a escala continental, irnos hacia arriba y no hacia abajo".

En la foto: subcomandante Marcos durante la entrevista.