Dos poemas de Guillermo Chirinos Cúneo
En su ponencia sobre rock y poesía peruana, Carlos Torres Rotondo describe a Chirinos Cúneo del siguiente modo: "El Syd Barrett, o mejor aún, el Lovecraft de la poesía peruana es el gran Guillermo Chirinos Cúneo. Era un atormentado y sensible esquizofrénico que vivió hasta el final en la casa de su madre en El Callao. En el psicodélico 1967 publicó su opus única, la plaqueta, o mejor aún, el EP de 8 canciones Idiota del Apocalipsis, que si bien se editó en Lima, fue escrito en Marte. Tanto así que el single del libro, el 'Satisfaction', es 'Cenicienta', un poema sobre la violación a una empleada doméstica: 'Derrumbada caíste, Cenicienta, derrumbada'.... El lenguaje de Chirinos Cúneo es de un lirismo a veces exasperante y podría ser comparable al de Eielson en un mal viaje de ácido: 'Frente a la ciudad, frente al mundo, la madre bella ha parido un payaso azul pero irrisorio: maldito coito amarillo'… La edición de su obra completa es la gran tarea pendiente que todavía tenemos sus fans". Fue indirectamente por Torres Rotondo que conseguí una copia de Idiota del Apocalipsis la semana que pasé en Madrid por el Congreso de poesía peruana en la Universidad Complutense. Digo indirectamente porque se lo vi fotocopiado en manos de Ch'aska Anka Ninawaman, a quien enseguida se lo pedí para sacar otra copia, que finalmente fueron varias más, y que dieron a parar a su vez a manos de Carlos López Degregori, Martín Rodríguez-Gaona y Luis Fernando Chueca. Fue cuando me vio entregándosela a alguno de ellos que Torres Rotondo me avisó que él había traído la copia. El libro-plaqueta (fechado en "Lima, 1967") contiene ocho poemas, cada uno con título, y debajo del mismo un número romano, del I al VIII. Los títulos en orden de aparición son: "Poema rojo en la ciudad", "Muñecos", "Gatos nocturnos", "Otoño", "El Sismo", "El derrumbe", "Cenicienta" e "Idiota del Apocalipsis", el más largo de todos, trece párrafos en total, ya que se trata de un poema en prosa. Los otros dos poemas en prosa son "Gatos..." y "El derrumbe". En total son 20 páginas. El ejemplar se cierra con un sello que dice "EDITA Aída Cúneo Navach", la mamá del poeta. Cabe señalar que Carlos Carnero, Gonzalo Portals y Rubén Quiroz acaban de reeditar Idiota del Apocalipsis dentro del volumen Los otros, que también incluye textos de Luis Berninsone, Mercedes Delgado y Augusto Lunel.
Los poemas de Idiota... contienen varias referencias de corte citadino (específicamente se menciona a Lima), degradado e incluso lumpen que se harían comunes en la poesía peruana prácticamente a partir de la década siguiente dentro de todo aquello que se dio en llamar como poesía urbana. Así, en "Muñecos" aparecen por ejemplo "una sucia ramera [...] hermosamente destrozada y sucia", "ese burdel azul", "unos muñecos flacos, róseos, descoyuntados", "ebriedades verdes", "alcoholes en las bocas engalladas", "unos vagos chaplines", "un flaco enfermo estéril" o "unos rufianes castos en grilletes, desflorados". En "Otoño" tenemos "un amplio parque blanco de Lima", "un flaco perro corredor", "blancos malecones derruidos", "Ebrio caía entre las rosas caidas de semen, podridas", "desnudo un hollín aullaba entre las sombras", "rosas moribundas hacia el grito" o "Lima aterrida de otoño bajo azules vómitos". En "El Sismo" el cerebro "vomita rojos rudos y azules luciferes", "un niño enfermo, pávido" grita, aparece "la bruja ebria de lotos venenosos", hay "una luz de horror", un "espectro bohemio", "lenguas sangrientas en cauces parlantes", "alambres rojos y violentos en la cárcel zurda", un "moho perverso, enclenque, derrumbado" y "fornicadores con una rosa negra y erecta en el vientre fiero".
Pero es el poema "Idiota del Apocalipsis" el que posee la mayor riqueza del conjunto. Aquí simplemente apunto dos vagas asociaciones respecto a poetas peruanos contemporáneos al año de aparición del libro-plaqueta. En un momento, el poeta expresa: "Sobre todo me siento un bello caballo salvaje", que recuerda a la "Balada para un caballo" de Jorge Pimentel de su poemario de 1973 Ave soul ("por esencia me siento un completo animal, un caballo salvaje [...] mi cuerpo va tomando una hermosísima elasticidad"). También, esa mención a la astronomía que Rodolfo Hinostroza posteriormente tomaría como vocación: "Sólo me permito aceptar la nueva ciencia, a comprenderla, la mecánica, la química, por último la astronomía, los planetas".
Enseguida, dos poemas de Idiota del Apocalipsis:
Gatos nocturnos
Era una voz de uranio, una ronca voz como de asfalto, como de rosas aplastadas por las bocas mugrientas. Y le advertí celestemente que un pobre muñeco antiguo se divertía en sus bigotes. Y el vaso azul, en la ceja lleno de cerveza, respondía a la ciudad ebria pordiosera del alto hermano bajo letrinas.
El poema entonces quería morir. La primavera nocturna lo llevaba hacia un viento de túnicas y muerte, pero sucede en nuestras ramas que corrimos huyendo de los lechos; volamos casi sobre esas hierbas de la noche, vociferaríamos quizá a muchos parques de Lima la caída de nuestros ciegos dulces gatos cimarrones.
Cenicienta
Derrumbada caíste hacia la tierra,
derrumbada y sucia por mis brazos,
derrumbada caíste hacia el planeta,
caíste derrumbada.
Tú fuiste la sirvienta de mi casa.
Tenías un cuarto de terrazas y escaleras.
Y tus pechos derrumbados por mis ojos,
cayeron a mis ojos, derrumbados:
Una cascada desflorada: Ano y sangre, Cenicienta.
Mis colmillos de perro echando baba,
mis globos de rey marciano en su castillo,
mis pelos de lobo helado en brujos cráteres lunáticos,
derrumbaban,
calor de espuma, vapores,
derrumbaban,
sobre la ola de tu vientre blanco,
estallando en bocas de geranio,
derrumbado,
bordoneado de espumas negras y de vahos.
Tú fuiste la sirvienta de mi casa.
Poma, fámula, apio, ámbar, nalgas de ceniza.
Tenías un cuarto de escaleras y novelas deshojadas.
Y una cocina rosada olía a ajos y a madera.
Fue en la noche.
Y mi trompa de escalera alucinada
vibraba semen a los bufones y a la luna.
Derrumbada caíste, Cenicienta, y las novelas...
Y mi semen polen a tus vellos y a tu panza en rosas.
Derrumbada sirvienta de escaleras,
fuiste sexo entre planetas,
carne en flor abierta, arrabalera,
madre derrumbada.
En la foto: Guillermo Chirinos Cúneo. En este texto, José Donayre Hoefken cita un par de frases de Chirinos Cúneo a propósito del distrito de La Punta. Y en esta crónica, Róger Santiváñez menciona el "redescubrimiento" del autor en la revista de literatura Auki (1975-76), específicamente en el cuarto número.
Los poemas de Idiota... contienen varias referencias de corte citadino (específicamente se menciona a Lima), degradado e incluso lumpen que se harían comunes en la poesía peruana prácticamente a partir de la década siguiente dentro de todo aquello que se dio en llamar como poesía urbana. Así, en "Muñecos" aparecen por ejemplo "una sucia ramera [...] hermosamente destrozada y sucia", "ese burdel azul", "unos muñecos flacos, róseos, descoyuntados", "ebriedades verdes", "alcoholes en las bocas engalladas", "unos vagos chaplines", "un flaco enfermo estéril" o "unos rufianes castos en grilletes, desflorados". En "Otoño" tenemos "un amplio parque blanco de Lima", "un flaco perro corredor", "blancos malecones derruidos", "Ebrio caía entre las rosas caidas de semen, podridas", "desnudo un hollín aullaba entre las sombras", "rosas moribundas hacia el grito" o "Lima aterrida de otoño bajo azules vómitos". En "El Sismo" el cerebro "vomita rojos rudos y azules luciferes", "un niño enfermo, pávido" grita, aparece "la bruja ebria de lotos venenosos", hay "una luz de horror", un "espectro bohemio", "lenguas sangrientas en cauces parlantes", "alambres rojos y violentos en la cárcel zurda", un "moho perverso, enclenque, derrumbado" y "fornicadores con una rosa negra y erecta en el vientre fiero".
Pero es el poema "Idiota del Apocalipsis" el que posee la mayor riqueza del conjunto. Aquí simplemente apunto dos vagas asociaciones respecto a poetas peruanos contemporáneos al año de aparición del libro-plaqueta. En un momento, el poeta expresa: "Sobre todo me siento un bello caballo salvaje", que recuerda a la "Balada para un caballo" de Jorge Pimentel de su poemario de 1973 Ave soul ("por esencia me siento un completo animal, un caballo salvaje [...] mi cuerpo va tomando una hermosísima elasticidad"). También, esa mención a la astronomía que Rodolfo Hinostroza posteriormente tomaría como vocación: "Sólo me permito aceptar la nueva ciencia, a comprenderla, la mecánica, la química, por último la astronomía, los planetas".
Enseguida, dos poemas de Idiota del Apocalipsis:
Gatos nocturnos
Era una voz de uranio, una ronca voz como de asfalto, como de rosas aplastadas por las bocas mugrientas. Y le advertí celestemente que un pobre muñeco antiguo se divertía en sus bigotes. Y el vaso azul, en la ceja lleno de cerveza, respondía a la ciudad ebria pordiosera del alto hermano bajo letrinas.
El poema entonces quería morir. La primavera nocturna lo llevaba hacia un viento de túnicas y muerte, pero sucede en nuestras ramas que corrimos huyendo de los lechos; volamos casi sobre esas hierbas de la noche, vociferaríamos quizá a muchos parques de Lima la caída de nuestros ciegos dulces gatos cimarrones.
Cenicienta
Derrumbada caíste hacia la tierra,
derrumbada y sucia por mis brazos,
derrumbada caíste hacia el planeta,
caíste derrumbada.
Tú fuiste la sirvienta de mi casa.
Tenías un cuarto de terrazas y escaleras.
Y tus pechos derrumbados por mis ojos,
cayeron a mis ojos, derrumbados:
Una cascada desflorada: Ano y sangre, Cenicienta.
Mis colmillos de perro echando baba,
mis globos de rey marciano en su castillo,
mis pelos de lobo helado en brujos cráteres lunáticos,
derrumbaban,
calor de espuma, vapores,
derrumbaban,
sobre la ola de tu vientre blanco,
estallando en bocas de geranio,
derrumbado,
bordoneado de espumas negras y de vahos.
Tú fuiste la sirvienta de mi casa.
Poma, fámula, apio, ámbar, nalgas de ceniza.
Tenías un cuarto de escaleras y novelas deshojadas.
Y una cocina rosada olía a ajos y a madera.
Fue en la noche.
Y mi trompa de escalera alucinada
vibraba semen a los bufones y a la luna.
Derrumbada caíste, Cenicienta, y las novelas...
Y mi semen polen a tus vellos y a tu panza en rosas.
Derrumbada sirvienta de escaleras,
fuiste sexo entre planetas,
carne en flor abierta, arrabalera,
madre derrumbada.
En la foto: Guillermo Chirinos Cúneo. En este texto, José Donayre Hoefken cita un par de frases de Chirinos Cúneo a propósito del distrito de La Punta. Y en esta crónica, Róger Santiváñez menciona el "redescubrimiento" del autor en la revista de literatura Auki (1975-76), específicamente en el cuarto número.