Busco Memoria
Si bien el éxito de ventas en la pasada Feria del Libro lo tuvo Busco Novia, el weblog de Renato Cisneros llevado al libro, en lo personal considero a Rupay: Historias gráficas de la violencia en el Perú 1980-1984 como un libro que debió tener mayor repercusión y presencia. Para mí Rupay está entre lo mejor de lo que pude encargar de la Feria a familiares y amigos. Esta mañana hice llegar unas preguntas al poeta y crítico Alfredo Villar, coautor del mismo junto a Jesús Cossio y Luis Rossell.
¿Cuánto tiempo les llevó la realizacion de Rupay? ¿Cómo fue el proceso de trabajo?
Rupay fue hecho dentro del marco de una beca de investigación que duraba un año, pero por lo complejo del tema la investigación duró dos años; más las revisiones, discusiones y añadidos habría que agregarle otro año más al proceso creativo.
El proceso de trabajo consistía en lo siguiente: una vez escogida la historia, Villar hacía la primera investigación de fuentes y documentos, esto incluía la lectura del informe de la CVR, la revisión de prensa y revistas de la época más libros y testimonios que giraran alrededor de la historia escogida; en algunos casos (como el de Mamá Angélica) se viajaba a Huamanga para entrevistar y conversar con algunas personas que podían dar más luces o que eran parte de la historia seleccionada. Villar elaboraba un guión con todo este material, es decir "ficcionalizaba" documentos y hechos reales para que tuvieran un sentido narrativo y literario; este guión era revisado por Jesús Cossio quien transformaba esta narrativa literaria en una que siguiera la secuencialidad del cómic haciendo la planificación y dibujo a lápiz de cuadros y viñetas; este boceto luego era revisado por Lucho Rossell quien agregaba sus comentarios y críticas y que era quien daba el acabado final y el entintado a las viñetas.
Todo eso era un proceso muy complejo, que a veces se prolongaba en lárguísimas discusiones, pero cuyo resultado está a la vista. No hemos hecho una historieta "políticamente correcta" u ONGera ni un simple registro de hechos, sino hemos creado una narrativa gráfica que es a la vez un documento y una ficción, un testimonio histórico y una creación literaria y artística.
En un reportaje publicado en Caretas a propósito de la aparición del libro, Salomón Lerner Febres, Presidente de la CVR, les exige "un asesor histórico" ("tiene que haber [uno]", afirma), y expresa que su "mensaje debe ser más evidente" para poder captar mejor la "intención subyacente" dado que el mismo, dice, puede ser confundido "con apología" (pone como ejemplo las páginas relacionadas al ataque de Chuschi, una de cuyas viñetas aparece en la carátula del libro). Por último, les recomienda "una segunda edición que acepte comentarios posteriores". Por su parte, Alfredo, en el mismo reportaje tú criticas que "ciertas conclusiones de la CVR tienden a no exacerbar la responsabilidad de las Fuerzas Armadas" y que "incluso había un comisionado de las FF.AA, pero ninguno de las asociaciones de deudos" (en Rupay ustedes dedican tres páginas al testimonio de Angélica Mendoza de Ascarza, madre de un joven ayacuchano desaparecido en el cuartel Los Cabitos, fundadora de la Asociación de Familiares de los Desaparecidos, y de quien incluyen las siguientes palabras: "Que ellos busquen su verdad, ¡nosotros no! Sin saber quien y sin que haya justicia no vamos a entrar al proceso de reconciliación porque mientras tanto para nosotras no habrá paz").
Salomón Lerner, siguiendo la estela de Platón, quiere "expulsar" a los poetas y artistas de la república porque no pueden "decir la verdad". Salomón se ha educado en una tradición platónica y hegeliana donde el "espíritu" e "ideal" en la historia no puede ser subjetivo sino "objetivo y científico"; el mismo informe de la CVR peca de este "cientificismo" hegeliano y por eso mismo la aridez y frialdad en su redacción, pero bueno, nosotros estamos a favor de la subjetividad y de la praxis, es decir de Nietzche y Marx.
También creemos que no hay "una verdad absoluta" sobre el tema y que nuestra versión es una versión más, de las muchas que deberían aparecer si es que queremos mantener una "memoria viva" y por supuesto cuestionadora de las "verdades oficiales". Por ejemplo, no creemos, aunque no podamos demostrarlo "científicamente", que los grupos subversivos hayan causado más muertes que las fuerzas del orden, eso por sentido común y por la potencia de fuego que tenía el ejército nos parece muy díficil, por no decir imposible. Es quizás la única discrepancia grande que tenemos con el informe de la CVR, por lo demás creemos que con sus limitaciones el informe es importante y un punto de partida para establecer una verdad que todavía está lejana.
Los medios han contribuido con varias fantasías onanistas para alejarnos de esa verdad, empezando porque en los años ochentas, "gracias" a la matanza de Uchuraccay no llegaban periodistas a la zona de emergencia, con la excepción de Caretas y El Comercio que eran oficialistas y que siempre "llegaban por aire y nunca por tierra". El silencio y "la forclusión" frente a las masivas y sistemáticas violaciones de los derechos humanos por parte de las fuerzas estatales es en buena cuenta responsabilidad de los medios de comunicación que estaban más cercanos a las élites gobernantes.
Precisamente en la Presentacion señalan que "las élites han querido dominar nuestra memoria" y se asocia dicha dominación con la ejercida desde los medios masivos de comunicación ("una 'opinión pública' que no es más que una 'opinión privada'", afirman). ¿Puedes desarrollar la idea de élite que se presenta aquí?
¿Qué élites? Bueno, aquellos (sociedades empresariales, políticos formales, altos mandos militares) que siempre desearon tener "cholos baratos" y para los cuales los "pobres" siempre han sido y van a ser los "culpables" de todos los males de nuesto país; todavía recuerdo que en los ochentas era común escuchar, en el ámbito privado, a esa gente decir que la mejor manera de hacer avanzar este país era bombardeando pueblos jóvenes para que no quede ningún pobre o "atrasado". Esa era y es la mentalidad de la mayoría de nuestros demoliberales que apenas ven en peligro la "propiedad privada" reclaman la manu militare.
No es raro que a estas élites no les interese "mirar atrás", la memoria para ellos es algo incómodo porque significaría reconocer su responsabilidad en la barbarie que vivieron los más pobres de este país; para consolarse tienen la fantasía del "demonio comunista" o "terrorista" y que ellos "pacificaron" el país. A nosotros nos es muy difícil de creer que un país donde 3 de cada 4 niños en la misma sierra padece de desnutrición esté "pacificado" y "avanzando". El tema, como sugiere el título de nuestro libro, sigue "ardiendo".
Finalmente, van a presentar del libro en Ayacucho. ¿Qué expectativas tienen?
Pensamos hacer una presentación en Huamanga para setiembre y de hecho tenemos expectativas ya que ellos son los que mejor pueden criticar y sugerir cambios a nuestro trabajo, más que cualquier comisionado o miembro de la intelligentsia limeña o académica. Sobre el público que buscamos es básicamente aquel al que no llegan los sesudos estudios "científicos" o "académicos": jóvenes, escolares, proletas, campesinos, gente popular. Esperamos también que el libro se venda rápido para hacer una edición popular y barata de éste, o quizás que se regale como un encarte en algun diario o medio independiente ya sea escrito o virtual, lo importante es que el tema de memoria salga de la "esfera burguesa" y pueda ser un tema discutido a nivel popular y de masas; la historieta podría lograrlo, esa es la pequeña gran esperanza que hemos tenido al hacer Rupay.
¿Cuánto tiempo les llevó la realizacion de Rupay? ¿Cómo fue el proceso de trabajo?
Rupay fue hecho dentro del marco de una beca de investigación que duraba un año, pero por lo complejo del tema la investigación duró dos años; más las revisiones, discusiones y añadidos habría que agregarle otro año más al proceso creativo.
El proceso de trabajo consistía en lo siguiente: una vez escogida la historia, Villar hacía la primera investigación de fuentes y documentos, esto incluía la lectura del informe de la CVR, la revisión de prensa y revistas de la época más libros y testimonios que giraran alrededor de la historia escogida; en algunos casos (como el de Mamá Angélica) se viajaba a Huamanga para entrevistar y conversar con algunas personas que podían dar más luces o que eran parte de la historia seleccionada. Villar elaboraba un guión con todo este material, es decir "ficcionalizaba" documentos y hechos reales para que tuvieran un sentido narrativo y literario; este guión era revisado por Jesús Cossio quien transformaba esta narrativa literaria en una que siguiera la secuencialidad del cómic haciendo la planificación y dibujo a lápiz de cuadros y viñetas; este boceto luego era revisado por Lucho Rossell quien agregaba sus comentarios y críticas y que era quien daba el acabado final y el entintado a las viñetas.
Todo eso era un proceso muy complejo, que a veces se prolongaba en lárguísimas discusiones, pero cuyo resultado está a la vista. No hemos hecho una historieta "políticamente correcta" u ONGera ni un simple registro de hechos, sino hemos creado una narrativa gráfica que es a la vez un documento y una ficción, un testimonio histórico y una creación literaria y artística.
En un reportaje publicado en Caretas a propósito de la aparición del libro, Salomón Lerner Febres, Presidente de la CVR, les exige "un asesor histórico" ("tiene que haber [uno]", afirma), y expresa que su "mensaje debe ser más evidente" para poder captar mejor la "intención subyacente" dado que el mismo, dice, puede ser confundido "con apología" (pone como ejemplo las páginas relacionadas al ataque de Chuschi, una de cuyas viñetas aparece en la carátula del libro). Por último, les recomienda "una segunda edición que acepte comentarios posteriores". Por su parte, Alfredo, en el mismo reportaje tú criticas que "ciertas conclusiones de la CVR tienden a no exacerbar la responsabilidad de las Fuerzas Armadas" y que "incluso había un comisionado de las FF.AA, pero ninguno de las asociaciones de deudos" (en Rupay ustedes dedican tres páginas al testimonio de Angélica Mendoza de Ascarza, madre de un joven ayacuchano desaparecido en el cuartel Los Cabitos, fundadora de la Asociación de Familiares de los Desaparecidos, y de quien incluyen las siguientes palabras: "Que ellos busquen su verdad, ¡nosotros no! Sin saber quien y sin que haya justicia no vamos a entrar al proceso de reconciliación porque mientras tanto para nosotras no habrá paz").
Salomón Lerner, siguiendo la estela de Platón, quiere "expulsar" a los poetas y artistas de la república porque no pueden "decir la verdad". Salomón se ha educado en una tradición platónica y hegeliana donde el "espíritu" e "ideal" en la historia no puede ser subjetivo sino "objetivo y científico"; el mismo informe de la CVR peca de este "cientificismo" hegeliano y por eso mismo la aridez y frialdad en su redacción, pero bueno, nosotros estamos a favor de la subjetividad y de la praxis, es decir de Nietzche y Marx.
También creemos que no hay "una verdad absoluta" sobre el tema y que nuestra versión es una versión más, de las muchas que deberían aparecer si es que queremos mantener una "memoria viva" y por supuesto cuestionadora de las "verdades oficiales". Por ejemplo, no creemos, aunque no podamos demostrarlo "científicamente", que los grupos subversivos hayan causado más muertes que las fuerzas del orden, eso por sentido común y por la potencia de fuego que tenía el ejército nos parece muy díficil, por no decir imposible. Es quizás la única discrepancia grande que tenemos con el informe de la CVR, por lo demás creemos que con sus limitaciones el informe es importante y un punto de partida para establecer una verdad que todavía está lejana.
Los medios han contribuido con varias fantasías onanistas para alejarnos de esa verdad, empezando porque en los años ochentas, "gracias" a la matanza de Uchuraccay no llegaban periodistas a la zona de emergencia, con la excepción de Caretas y El Comercio que eran oficialistas y que siempre "llegaban por aire y nunca por tierra". El silencio y "la forclusión" frente a las masivas y sistemáticas violaciones de los derechos humanos por parte de las fuerzas estatales es en buena cuenta responsabilidad de los medios de comunicación que estaban más cercanos a las élites gobernantes.
Precisamente en la Presentacion señalan que "las élites han querido dominar nuestra memoria" y se asocia dicha dominación con la ejercida desde los medios masivos de comunicación ("una 'opinión pública' que no es más que una 'opinión privada'", afirman). ¿Puedes desarrollar la idea de élite que se presenta aquí?
¿Qué élites? Bueno, aquellos (sociedades empresariales, políticos formales, altos mandos militares) que siempre desearon tener "cholos baratos" y para los cuales los "pobres" siempre han sido y van a ser los "culpables" de todos los males de nuesto país; todavía recuerdo que en los ochentas era común escuchar, en el ámbito privado, a esa gente decir que la mejor manera de hacer avanzar este país era bombardeando pueblos jóvenes para que no quede ningún pobre o "atrasado". Esa era y es la mentalidad de la mayoría de nuestros demoliberales que apenas ven en peligro la "propiedad privada" reclaman la manu militare.
No es raro que a estas élites no les interese "mirar atrás", la memoria para ellos es algo incómodo porque significaría reconocer su responsabilidad en la barbarie que vivieron los más pobres de este país; para consolarse tienen la fantasía del "demonio comunista" o "terrorista" y que ellos "pacificaron" el país. A nosotros nos es muy difícil de creer que un país donde 3 de cada 4 niños en la misma sierra padece de desnutrición esté "pacificado" y "avanzando". El tema, como sugiere el título de nuestro libro, sigue "ardiendo".
Finalmente, van a presentar del libro en Ayacucho. ¿Qué expectativas tienen?
Pensamos hacer una presentación en Huamanga para setiembre y de hecho tenemos expectativas ya que ellos son los que mejor pueden criticar y sugerir cambios a nuestro trabajo, más que cualquier comisionado o miembro de la intelligentsia limeña o académica. Sobre el público que buscamos es básicamente aquel al que no llegan los sesudos estudios "científicos" o "académicos": jóvenes, escolares, proletas, campesinos, gente popular. Esperamos también que el libro se venda rápido para hacer una edición popular y barata de éste, o quizás que se regale como un encarte en algun diario o medio independiente ya sea escrito o virtual, lo importante es que el tema de memoria salga de la "esfera burguesa" y pueda ser un tema discutido a nivel popular y de masas; la historieta podría lograrlo, esa es la pequeña gran esperanza que hemos tenido al hacer Rupay.