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jueves, enero 19, 2006

Los países muertos: nuevo poemario de Raúl Zurita

El poeta chileno Raúl Zurita acaba de concluir un nuevo poema-libro: Los países muertos. Se trata de un excelente texto de meditación sobre la fragilidad de la naturaleza humana, el cual continúa muy bien la línea de anteriores poemarios suyos como Purgatorio e INRI, pero adaptado a tiempos y personajes inmediatos y odiosos (tradición dantesca) de un sector muy específico de la cultura chilena. El tema es apocalíptico, y eso le da grandeza al poema, en un fresco crudo y real a la vez sobre nuestra fragilidad como entes, como primates, como sujetos políticos. La versión completa forma parte de una nueva entrega que el poeta chileno dará a la imprenta este año. Aquí un fragmento significativo e inédito:



Y ERA EL MEDIO DEL PASO DEL MAR


Nací bajo Pinochet, viví bajo Pinochet,
morí bajo Pinochet. Pero te quería yo
tanto que hasta no me parecía tan malo

-En el medio del paso del
mar: población Lincoyán/
difuntos


Día y noche la paso sin dormir para mí
de la pena que tengo no hay dormir
para mí. Si la noche se hace día para mí

-En el medio del paso de
mar: población Villa
Francia/ difuntos


¿Me comiste? ¿Por qué tenías hambre,
paisano, me comiste? ¿No lloraste? ¿Por
que estabas muerto, paisano, no lloraste?

-En el medio del paso del
mar: población Barco
Maipo/ difuntos




TUS PATRIAS ENTONCES LA DESGRACIA

Perú, Uruguay y las patrias del
amor mío y desaparecido


Entonces se vio el Pacifico abrirse mientras los
Andes giraban alzándose entre esos muros de agua
y eran como galpones llenos de cruces sus
montañas allí donde los países yacen y sus
pedazos se amontonan en el medio del paso del mar
encostrados subiendo

Entonces poco a poco como montañas
yermas que hablaran se escuchó el canto de
amor desaparecido de los países

Unos encima de otros amontonados cuando
los Andes giraron cruzándose con las playas y
fueron ellos los encostrados muros del mar

Donde los cielos humanos se rompen tocándose
las desgarradas carnes todavía temblorosos
gritando que hasta los mismos gritos ruegan y
es de cemento el cielo sudamericano

Cuando el abismo del océano mostró la vertical de
los Andes cruzada con la horizontal de las playas y
la cruz del amor muerto iluminó nuestras caras
muertas en el abismo de las aguas El amor muerto
iluminó el fondo de las rajadas aguas y eran de
costra y sangre nuestros restos mirando las patrias
de estas desgracias