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jueves, julio 05, 2007

Y continúa la polémica sobre Piero Quijano

El día de hoy el tema de la censura contra la muestra de dibujos de Piero Quijano sigue dando que hablar. Perú 21 informa, primero, que "el presidente de la Comisión de Educación del Congreso, Rafael Vásquez, presentó ayer, ante el Parlamento, una moción de condena a la decisión del Instituto Nacional de Cultura (INC) de censurar parte de la obra que el artista Piero Quijano exponía en la Casa Museo Mariátegui" y, segundo, que, "al igual que el presidente de la República, Alan García, y que el premier Jorge del Castillo, ayer el ministro de Defensa, Allan Wagner, justificó la censura a los dibujos del artista Piero Quijano" (Perú 21 publica a su vez dos cartas de solidaridad con Piero Quijano). En Correo, Pedro Salinas dedica su columna al tema (el pasado 29 el director de este diario, Aldo Mariátegui, en su conocido tono se manifestó también contra la censura). Otro columnista que dedica unas líneas al tema es Augusto Elmore en Caretas: "Este es un país de contradicciones. Por ejemplo, siendo que aquí reina la democracia y el respeto a las opiniones ajenas, parece sumamente extraño y es enormemente reprobable que el ministerio de Defensa y el INC intervengan para censurar –¡ellos quiénes son para censurar!– la expresión gráfica de un artista como Piero Quijano, que se manda con todo en una muestra con un dibujito –porque no es más que eso– en el que inspirado en la famosa fotografía de los soldados norteamericanos colocando su bandera en Iwo Jima, hace aparecer a soldados, supuestamente peruanos, clavando el asta de la suya –en forma de fusil para mayor abundamiento– en el cuerpo de su víctima. La obra de Quijano, que ha levantado tanto revuelo no es más que eso: un poco inspirado dibujito, una simple caricatura, y no veo por qué instancias oficiales tienen que solicitar sea retirada. Pero para quienes conocemos el 'arte' de los senderistas, el dibujito de marras parece inspiración de estos, que lamentablemente se ha hecho famoso gracias al úcase oficial. Si no se hubiera dado éste, el dibujito subversivo hubiese quedado allí nomás, en el anonimato. Grave error prohibirlo. Pero, eso sí, alguien debería decirle a Quijano que con la subversión no se juega. No en el Perú al menos", expresa. ¿En qué países sí se puede jugar con la subversión?
Como adelanté en el post anterior, hoy Caretas publica (y responde) el comunicado "Una descarada actitud de censura intolerable". El mismo fue publicado inicialmente el pasado sábado 30 en Perú 21. Antes de incluir el texto de Caretas quiero hacer unos rápidos comentarios.
La revista sostiene que "no publica los nombres de los firmantes en defensa de su reputación y buen juicio. Sospecha que muchos no leyeron lo que suscribían". ¿No pudo Caretas salirse de sospechas y preguntar a algunos de los firmantes? Pero, al margen de ello, no hace falta ser adivino para presentir que el hecho de que Caretas no incluyera los nombres de los firmantes por la "defensa de su reputación y buen juicio" traerá una larga cola. Por lo pronto, algo tendrán que decir al respecto firmantes como Javier Diez Canseco Cisneros, Luis Peirano, Natalia Majluf, Augusto Ortiz de Zevallos Madueño, Álvaro Roca Rey Miró Quesada, Elida Román, Jimena Estefanía Lindo Biondi, Armando Robles Godoy, Leslie Lee Crosby, Victor Delfín, Gustavo Buntinx, Jesús Ruiz Durand, Fernando Bryce Lostaunau, Fernando Bryce Vivanco, Juan Infante Alosilla, Herbert Rodríguez, Baldomero Cáceres Vegas, Estuardo Nuñez Carvallo, Lorenzo Osores, Luis Jaime Cisneros Hamann, Jaime Rázuri R., Jorge Alberto Miyagui Oshiro, José Ricketts E., Peter Elmore, Carlos Tovar Samanez, Emilio Santisteban, Juan Acevedo Fernández de Paredes, Luis García Zapatero Soto, Mónica Gonzáles Raaijen, Ángel Valdez, Daniel José Barclay Panizo, Aníbal Quijano, Rodrigo Quijano, Miguel Aguirre, Emilio Hernández Saavedra, Emilio Tarazona, Iván Huerto, Caroline Cruz, Mariela Gabriela Agois Banchero, Hildebrando Pérez Grande, Susana Torres, Mauricio Delfín, Ivana Ferrer, Roxana Cuba, Ana María Ortiz Soto, Sonia Delgado García, Juan Cristóbal, Sonia Seminario, Rómulo Gallo, Elisa Canziani, Leonidas Machicao Alborta, Adolfo Córdova Valdivia, Liliana Panizo Muñoz, Carlos González Ramírez, Marco Olivera Begazo y María Elena del Solar, cuyos nombres aparecen en el comunicado publicado en Perú 21.
En una parte de su "intent[o de] reconstru[cción d]el episodio" de la censura Caretas señala que "el jueves 21 de junio una periodista de Caretas, Rebeca Vaisman, estaba presente en la exhibición al lado del curador de la Casa Mariátegui, Armando Williams, cuando entró un llamado en su celular. Williams indico que venía de la directora del Instituto Nacional de Cultura (INC), Cecilia Bákula, y de inmediato se enfrascó en una discusión acalorada. Bákula ese día estaba en Cusco". Aquí la revista se confunde en varias cosas. En principio parece desconocer que en su anterior edición Vaisman (a la que como se ha visto es mencionada así nomás como "una periodista de Caretas") publicó una entrevista a Armando Williams (que republiqué aquí) en la que claramente dice haberla realizado "en la casa barranquina" de Williams (y no "en la exhibición" de Piero Quijano). En su crónica, Vaisman describe que "el teléfono interrumpió la conversación: era Cecilia Bákula, directora del INC, muy mortificada por una llamada del Ministro de Defensa, Alan Wagner. Bákula pidió el retiro inmediato de los afiches de la muestra que mostraban a un grupo de militares encañonando a un campesino". Es decir, en ningún momento Vaisman intenta relativizar el hecho diciendo que "Williams [le] indicó que" la llamada era de Bákula. Tampoco tiene sentido (salvo el de confundir al lector) el párrafo de seis palabras de Caretas indicando que "Bákula ese día estaba en Cusco". ¿Es que para Caretas no existen las llamadas telefónicas a nivel nacional?
Por otra parte, para Caretas "no es una buena idea" enfatizar en los afiches lo que denomina como una "actitud antimilitar", pero ¿qué tiene que ver ello con la censura en sí? La revista tampoco especifica cuáles son las otras "dos caricaturas más" que fueron censuradas, además de la que se aprecia en el afiche que ilustra este post (incluido ya aquí en una ocasión anterior y reproducido hoy por Caretas). Valga mencionar que, coincidentemente, el presidente García tampoco aludió a ambas caricaturas en su declaración del último sábado.
En otra parte de su texto, Caretas expresa que "atribuir una vocación censora al actual INC es bastante injusto. Toda la muestra de la Comisión de la Verdad se exhibe en el Museo de Arte bajo los cuidados del instituto". En principio, la muestra de la Comisión de la Verdad no se exhibe en el Museo de Arte (una entidad privada) sino en el Museo de la Nación. Además, como se lee en esta nota de julio del 2006 de El Comercio, la exposición se dio "gracias a las gestiones de la defensora del Pueblo, Beatriz Merino[...]. El esfuerzo de Beatriz Merino no hubiera sido posible sin la colaboración de Luis Lumbreras (director del Instituto Nacional de Cultura), Álvaro Roca Rey (director del Museo de la Nación), además del Ministerio de Justicia y el aporte financiero de la cooperación internacional". No es pues el "actual INC" de Cecilia Bákula, como señala Caretas, quien hizo posible la muestra de la CVR en el Museo de la Nación sino el que condujera Luis Lumbreras. Valga señalar a su vez, como acaba de informar la edición web de El Comercio, que "Beatriz Merino rechazó la actitud del Instituto Nacional de Cultura, que vetó las obras del artista Piero Quijano, en las que retrataba malas prácticas militares".
Por último, la ironía final de Caretas es muy reveladora. Aconseja a Piero Quijano que "no pida una sala en el Pentagonito para otra muestra". Así que ya se sabe como son consideradas por esta revista, hoy por hoy, las salas de arte sujetas a la administración del Estado peruano.
A continuación, la nota de Caretas.

El Iwo Jima de Quijano


A propósito de la muestra del pintor y caricaturista Piero Quijano, abortada recientemente en la Casa Museo Mariátegui, Caretas publica el siguiente comunicado suscrito por unas 200 personas conocidas, añadiendo después sus propios comentarios.

[
Comunicado]

Ahora bien, Caretas considera que el texto de este comunicado llega a exageraciones delirantes que distorsionan la realidad, y la revista no publica los nombres de los firmantes en defensa de su reputación y buen juicio. Sospecha que muchos no leyeron lo que suscribían.
La revista intenta reconstruir el episodio que ha llegado a inspirar referencias desorbitadas al nazismo.
El jueves 21 de junio una periodista de Caretas, Rebeca Vaisman, estaba presente en la exhibición al lado del curador de la Casa Mariátegui, Armando Williams, cuando entró un llamado en su celular. Williams indico que venía de la directora del Instituto Nacional de Cultura (INC), Cecilia Bákula, y de inmediato se enfrascó en una discusión acalorada.
Bákula ese día estaba en Cusco.
El viernes, ante observaciones de personal del INC, que objetó no solo el afiche de la muestra (reproducido arriba) sino dos caricaturas más, tanto Quijano como Williams decidieron cancelar la exhibición y éste, aludiendo a la intervención del ministerio de Defensa, puso su cargo a disposición.
La gente del INC, sin embargo, tiene su propia versión que alude a un desarreglo administrativo. Williams no advirtió ni formalizó la realización del evento al INC, como estaba obligado a hacer, ni menos pidió autorización para incluir el logotipo del INC en el afiche, dando la impresión que éste participaba como auspiciador. Cualquier sensibilidad expresada en Defensa se cruzó así con la sorpresa de las autoridades del INC.
Es comprensible, por otro lado, que la alusión gráfica del afiche a la batalla de Iwo Jima de 1945, que en EE.UU. simboliza el triunfo de las armas norteamericanas sobre las japonesas, despertara aquí, en su versión condenatoria y genocida, irritación militar porque parece generalizar institucionalmente las atrocidades cometidas durante la guerra antisubversiva contra un pueblo que es el propio.
Caretas considera que asumir una actitud antimilitar cuando se defienden los derechos humanos no es una buena idea, porque esa postura "progre" atenta contra la credibilidad de los procesos que se deben llevar a cabo para castigar severamente a quienes cometieron excesos.
Lo dice una revista que siempre ha sido enfática en denunciar a criminales con o sin uniforme, que durante la dictadura militar fue perseguida y clausurada, y que hoy mismo está directamente vinculada a un caso en el que contribuye ante la Sala Penal Superior con su testimonio a inculpar a tres oficiales que operaron en Huanta hace 19 años.
Por otro lado, atribuir una vocación censora al actual INC es bastante injusto. Toda la muestra de la Comisión de la Verdad se exhibe en el Museo de Arte bajo los cuidados del instituto.
Mientras tanto, las ilustraciones y caricaturas del talentoso Piero Quijano ya han sido ampliamente difundidas y pueden volver a serlo, pero se sugiere que no pida una sala en el Pentagonito para otra muestra.


En la foto: el afiche censurado por el INC.