Sobre Memorias in santas
Por Carmen Ollé
Más que una mera imitación de la realidad —como pensaba Aristóteles—, la poesía reconstruye una imagen de dicha realidad de manera original; para ello la percepción de los acontecimientos pasa por varios filtros, semejante a un rayo refracto que brota de una realidad perniciosa que se expresa en emociones intraducibles o en imágenes enigmáticas, la mayoría de las veces a través de una simbología muy personal.
En este sentido, los efectos del conflicto armado interno que vivió nuestro país durante los años ochenta y principios de los noventa se perciben en los poemas reunidos en Memorias in santas. Antología de poesía escrita por mujeres sobre la violencia política a través de diversas formas, en algunos casos cruda y explícita; en otros, de forma velada y misteriosa.
La poesía que se publica en este volumen responde a una antigua pregunta que sigue vigente, formulada por el filósofo alemán Adorno después de la Segunda Guerra Mundial: ¿Es posible escribir poesía después de Auschwitz? ¿Es posible escribir poesía durante y después de un conflicto armado como el de hace veinte años en el Perú? La poesía, el arte no cesan, los/las poetas y los escritores seguirán inspirándose en la realidad, sea ésta reflejo del mal; el mal no como lo entendía Bataille desde su concepción romántico-transgresora, sino desde la idea de crímenes políticos y éticos.
Algunos de los poemas en el presente libro datan de la época del conflicto armado, otros salieron a la luz años después del cese de la guerra. Los sentimientos ante el peligro y el miedo en los poemas están asociados con la noche y la soledad, aunque también con el peligro y la incertidumbre.
Uno de los aportes del libro es dejar escuchar la voz del otro, de la otra. La palabra de la mujer campesina nos habla con la voz de sus adentros para denunciar la violencia sexual, método del enemigo en la guerra para someter a las mujeres, para despojarlas de su dignidad. Es la otra cara de la poesía, la que dialoga con las lideresas populares asesinadas, con las guerrilleras muertas en combate o con los íconos de la cultura popular. Así, los poemas se internan entre montañas, llegan a lugares olvidados por el Estado peruano, a los escenarios de los enfrentamientos entre el Ejército y Sendero Luminoso. Cuando no, deambulan temerosos por la universidad, la cual ha sido intervenida por uno y otro bando y ya no es un referente cultural sino el sitio donde el peligro es inminente. Es lo mismo, dentro o afuera, la locura nos llama. Tanto en el terreno de lo íntimo como en el mundo exterior, el mal se ha instalado. Memorias in santas surge como testimonio literario de una época oscura y sangrienta.
En la foto: Gloria Mendoza Borda, incluida en la antología junto a Patricia Alba, Montserrat Álvarez, Violeta Barrientos, Grecia Cáceres, Rosella Di Paolo, Mariela Dreyfus, Carolina Fernández, Ericka Ghersi, Victoria Guerrero, Luisa Fernanda Lindo, Isabel Matta, Cecilia Podestá, Dalmacia Ruiz Rosas, Milagros Salcedo, Rocío Silva Santisteban, Mary Soto y Rosina Valcárcel.
Más que una mera imitación de la realidad —como pensaba Aristóteles—, la poesía reconstruye una imagen de dicha realidad de manera original; para ello la percepción de los acontecimientos pasa por varios filtros, semejante a un rayo refracto que brota de una realidad perniciosa que se expresa en emociones intraducibles o en imágenes enigmáticas, la mayoría de las veces a través de una simbología muy personal.
En este sentido, los efectos del conflicto armado interno que vivió nuestro país durante los años ochenta y principios de los noventa se perciben en los poemas reunidos en Memorias in santas. Antología de poesía escrita por mujeres sobre la violencia política a través de diversas formas, en algunos casos cruda y explícita; en otros, de forma velada y misteriosa.
La poesía que se publica en este volumen responde a una antigua pregunta que sigue vigente, formulada por el filósofo alemán Adorno después de la Segunda Guerra Mundial: ¿Es posible escribir poesía después de Auschwitz? ¿Es posible escribir poesía durante y después de un conflicto armado como el de hace veinte años en el Perú? La poesía, el arte no cesan, los/las poetas y los escritores seguirán inspirándose en la realidad, sea ésta reflejo del mal; el mal no como lo entendía Bataille desde su concepción romántico-transgresora, sino desde la idea de crímenes políticos y éticos.
Algunos de los poemas en el presente libro datan de la época del conflicto armado, otros salieron a la luz años después del cese de la guerra. Los sentimientos ante el peligro y el miedo en los poemas están asociados con la noche y la soledad, aunque también con el peligro y la incertidumbre.
Uno de los aportes del libro es dejar escuchar la voz del otro, de la otra. La palabra de la mujer campesina nos habla con la voz de sus adentros para denunciar la violencia sexual, método del enemigo en la guerra para someter a las mujeres, para despojarlas de su dignidad. Es la otra cara de la poesía, la que dialoga con las lideresas populares asesinadas, con las guerrilleras muertas en combate o con los íconos de la cultura popular. Así, los poemas se internan entre montañas, llegan a lugares olvidados por el Estado peruano, a los escenarios de los enfrentamientos entre el Ejército y Sendero Luminoso. Cuando no, deambulan temerosos por la universidad, la cual ha sido intervenida por uno y otro bando y ya no es un referente cultural sino el sitio donde el peligro es inminente. Es lo mismo, dentro o afuera, la locura nos llama. Tanto en el terreno de lo íntimo como en el mundo exterior, el mal se ha instalado. Memorias in santas surge como testimonio literario de una época oscura y sangrienta.
En la foto: Gloria Mendoza Borda, incluida en la antología junto a Patricia Alba, Montserrat Álvarez, Violeta Barrientos, Grecia Cáceres, Rosella Di Paolo, Mariela Dreyfus, Carolina Fernández, Ericka Ghersi, Victoria Guerrero, Luisa Fernanda Lindo, Isabel Matta, Cecilia Podestá, Dalmacia Ruiz Rosas, Milagros Salcedo, Rocío Silva Santisteban, Mary Soto y Rosina Valcárcel.