Contra las voces discordantes al Nobel de Doris Lessing
Los suplementos dominicales de El Comercio y La República publican hoy dos artículos sobre el premio Nobel adjudicado a la escritora británica Doris Lessing. Dichos textos pertenecen a los escritores Guillermo Niño de Guzmán y Rocío Silva Santisteban. Ambos coinciden en rechazar las opiniones que Harold Bloom y Marcel Reich-Ranicke dieran tras enterarse del premio. Escribe Niño de Guzmán en El Dominical: "Entre las voces discordantes que se han alzado figuran las de dos 'popes' de la crítica como Harold Bloom y Marcel Reich-Ranicke. El primero aduce que, en los últimos quince años, Lessing ha producido 'ciencia-ficción de cuarta categoría'; el segundo ha calificado su elección de 'lamentable', basándose en la lectura de tres de sus libros. Ahora bien, este cronista se pregunta si unas cuantas novelas de anticipación, por mediocres que sean, pueden borrar los hitos de una obra anterior, y si basta sopesar tres títulos de un total de medio centenar para formarse una opinión válida. Sin duda, se trata de juicios apresurados que desvirtúan el aporte de una escritora poderosa, a la que se pretende condenar por una carrera vasta y fecunda. En otras palabras, por haber vivido y escrito demasiado". Silva Santisteban, por su parte, expresa lo siguiente en Domingo: "Según la información oficial del Premio Nobel, este ha sido otorgado a Doris Lessing por narrar 'la épica de la experiencia femenina, y tematizar, con escepticismo, fuego y poder visionario, a una civilización dividida por el escrutinio'. Imaginamos que esta referencia a una 'épica' de la experiencia de las mujeres ha sido el dardo sobre el bull para Harold Bloom y su epónimo alemán Marcel Reich-Ranicki, autor del copión Der Kanon (Die Deutsches Literatur) que calificó la decisión como 'decepcionante'. La mezquindad no nos permite darnos cuenta, y asumir francamente, que la literatura no es una carrera de caballos. Que Doris Lessing haya ganado el Premio Nobel no la hace mejor escritora que Philip Roth (sin embargo es más rotunda que Claudio Magris). Pero, de alguna manera como han dicho algunas colegas, es una reivindicación de los cientos de mujeres que no sólo perdieron todos los premios literarios por serlo, sino que incluso perdieron las posibilidades de ser alfabetas y de leer libros sólo por el hecho de ser mujeres, pues como tales y según las expectativas tradicionales hacían más falta en la casa que en las escuelas. Muchos premios literarios, como el Nobel, son más simbólicos que taxativos, de un reconocimiento global a un autor por sus condiciones de producción y sus méritos estilísticos".
En la foto: Doris Lessing.
En la foto: Doris Lessing.