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jueves, octubre 18, 2007

Leoncio Bueno, González Viaña, Bryce, Huanchaco, Alfredo Márquez, Carlos Carrillo

FORGUES SOBRE LEONCIO BUENO. Roland Forgues acaba de publicar el volumen Cantar del golondrino. Testimonio de vida Leoncio Bueno (Editorial San Marcos, 2007), el cual se presenta esta noche. La sección cultural de La Primera entrevista al crítico, quien entre otras cosas declara que el libro "trata acerca de la vida de Leoncio Bueno, desde su infancia hasta el momento en que termina de periodista en los grandes diarios y periódicos de Lima. Entonces, empieza desde su niñez, la adolescencia, relata toda su vida de obrero, de sindicalista, su acción revolucionaria, sus ataques a los Bancos, su carcelería. Luego su vocación de poeta, hay un testimonio intercalado de su vida íntima, de su vida amorosa hasta estos días que cumple 87 años". En la sección cultural de Perú 21 Gonzalo Pajares Cruzado entrevista a su vez a Forgues, quien señala que "sin duda, la mejor poesía latinoamericana -la más nutrida- es la peruana".

NUEVO PREMIO PARA GONZÁLEZ VIAÑA. La sección cultural de Correo informa que "la cadena televisiva Univisión y diversos medios de prensa de Miami anuncian la concesión de un nuevo galardón literario al escritor Eduardo González Viaña. Se trata del Premio Memoria Cultural 2007, que en los años inmediatamente anteriores fue concedido a Laura Restrepo, Eugenio Montejo y Jorge Edwards".

LA NUEVA NOVELA DE BRYCE. La sección cultural de La República publica un cable de la agencia EFE sobre Las obras infames de Pancho Marambio, la última novela de Alfredo Bryce Echenique, de cuya lectura de uno de sus capítulos en el Festival Viva América de Madrid di cuenta el miércoles pasado. La novela "es una divertida y turbadora historia sobre el destino, cuyo protagonista es Bienvenido Salvador Buenaventura, un abogado peruano de prestigio que ha logrado, a sus 50 años, eludir la maldición que ha pesado sobre su familia, el alcoholismo, y cuyo destino cambia al trasladar su residencia a Barcelona (España) e iniciar unas obras en una vivienda. La traición de un amigo, Pancho Marambio, un personaje mentiroso y siniestro que se ofrece para hacer la reforma de su nueva casa, y que traiciona su confianza al convertir el piso en un campo de batalla con los consiguientes perjuicios para los vecinos, trunca el destino de Bienvenido y lo hace caer en la maldición de su familia, el alcoholismo", se lee.

ELMORE SOBRE II CONGRESO INTERNACIONAL DE NARRATIVA. Hoy en su columna Lugar común de Caretas 1998, Augusto Elmore dedica las siguientes líneas al II Congreso Internacional de Narrativa Peruana que se viene llevando a cabo estos días de la semana en Huanchaco: "Con motivo de la realización, en 2005, en la Casa de América, en Madrid, del I Congreso Internacional de Narrativa Peruana (1980-2005), organizado por la asociación cultural Mirada Malva, que dirige y organiza con dinamismo sin igual la filóloga española María Ángeles Vázquez, con la colaboración del sector cultural de la embajada del Perú en España, estuvo a punto de iniciarse una verdadera guerra civil literaria que inició sus primeros fuegos en Madrid pero que luego continuó y estuvo a punto de verter sangre de escritores en el Perú, en donde se enfrentaron prácticamente a sangre y fuego de palabras, dos grupos: los criollos y los andinos. La cosa duró varios meses y los enfrentamientos entre ambos grupos produjeron muertos, heridos y contusos (literarios, claro). Hoy, Mirada Malva se ha trasladado al Perú mismo –acto audaz sin duda–, a Huanchaco, Trujillo, en donde del 15 al 19 del presente mes se realizará el II Congreso Internacional de Narrativa Peruana, subtitulado esta vez Tradición y Rescate. El lunes pasado se habrá disparado la primera salva, la de su inauguración en el Auditorio Municipal de Huanchaco, que estará a cargo de Fernando Bazán Pinillos, alcalde de ese soleado distrito, y se presentará al Comité Organizador de Mirada Malva, integrado por María Ángeles Vázquez y el escritor peruano Mario Suárez Simich, que también tuvo destacada y esforzada labor en la realización del I Congreso. Inmediatamente intervendrán los miembros del Grupo Narración, con la participación de los escritores Oswaldo Reynoso, Antonio Gálvez Ronceros y Roberto Reyes Tarazona. Luego de ello, se sucederán los diversos temarios que forman parte del II Congreso: Discursos narrativos femeninos siglo XIX; El viaje literario de peruanas a España (Primer tercio del siglo XX); Escenarios y universos narrativos; Subversiones narrativas; La desacralización de la realidad: Del mito a la parodia; La travesía de la vanguardia a lo fantástico; Ciencia ficción en el Perú. Homenaje a José Adolph; Las Crónicas como materia de ficción; La contextualización de la historia en la ficción y, por último, la Mesa 10 hará un Homenaje al Grupo Narración. Intervendrán o estarán presentes 55 escritores y maestros universitarios de la State University de Nueva York, de la Universidad Complutense de Madrid, de la de Alicante, Barcelona, Cádiz, de Chile, de Hostos, New York, de Louisiana, Nantes, Paul, Princeton, entre las extranjeras, lo que dice del enorme interés despertado por este II Congreso que al aparecer estas líneas estará ya terminando. ¡Señores escritores, filólogos, literatos: esta vez guarden sus rifles, sus metralletas y granadas! La guerra civil ha terminado ya, ahora empieza el entendimiento cívico. Como quiera que hace tres meses me rompí, o rajé, un hueso (el peroné) de la pierna izquierda y desde entonces ando (bueno, eso de andar es un decir) inmovilizado, me he visto privado de asistir a Huanchaco, pero me adhiero al Congreso con el orgullo y satisfacción de haber participado en la organización del I, en Madrid, cuando era Consejero para Asuntos Culturales del Perú en España. Doy constancia de ello. Huanchaco no será Madrid, pero en estos días ha hecho méritos. Quiero destacar y poner como ejemplo a la asociación cultural madrileña Mirada Malva (aunque hasta ahora no sé por qué se llama así), que es una entidad que se debe al empuje y tenacidad de María Ángeles Vázquez, que la dirige. El II Congreso, es todo obra suya. ¡Gracias María Ángeles!".

LAMA SOBRE ALFREDO MÁRQUEZ. Hoy en su columna Artes & ensartes de Caretas 1998, el crítico de arte Luis Lama escribe sobre la exposición "Solo Para I[NN]iniciados" de Alfredo Márquez: "Tributos a la Utopía. La ex­traor­di­na­ria ex­po­si­ción de Al­fre­do Már­quez en 80 mts2 re­sul­ta me­mo­ra­ble y per­mi­te ana­li­zar, si­mul­tá­nea­men­te, tan­to la his­to­ria del ar­te co­mo los mo­dos de ver en nues­tro país. La mues­tra tie­ne un espíritu qui­mé­ri­co y com­pro­me­ti­do que pu­die­ra re­cor­dar a los gran­des nom­bres de la van­guar­dia ru­sa que apo­ya­ron al sis­te­ma, pen­san­do que lo­gra­rían cam­biar el mun­do y que ve­rían có­mo ar­te y so­cie­dad terminarían por in­te­grar­se. De­sem­bo­ca­ron en frus­tra­ción de­bi­do a la mi­se­ria eco­nó­mi­ca y mo­ral que obli­gó a los ar­tis­tas a ha­cer un ar­te 'pa­ra el pue­blo', tan re­tró­gra­do du­ran­te Sta­lin co­mo du­ran­te Hi­tler. Hay un as­pec­to nos­tál­gi­co en la pro­pues­ta de Már­quez que se ini­cia con una vi­sión sar­dó­ni­ca de Mao en lips­tick ro­jo, cu­yas fac­cio­nes, ape­nas iden­ti­fi­ca­bles, per­mi­ten ase­ve­rar que su ima­gen es un ico­no de nues­tra con­tem­po­ra­nei­dad. A su la­do, a mo­do de lá­pi­da mor­tuo­ria, es­tán las ma­llas se­ri­grá­fi­cas que re­pro­du­cen a los per­so­na­jes que integran la ins­ta­la­ción más in­te­li­gen­te que ha­ya vis­to en mu­cho tiem­po. Már­quez reú­ne imá­ge­nes de Mao a Edith La­gos (la úni­ca mu­jer), de Va­lle­jo a Ja­vier He­raud y las tra­ba­ja en se­ri­gra­fía es­ta­ble­cien­do una tex­tu­ra vi­sual de cír­cu­los con­cén­tri­cos que nos re­mi­ten a las in­ves­ti­ga­cio­nes óp­ti­cas de los años 60, cuan­do se gestaran al­gu­nas de las ma­yo­res re­vo­lu­cio­nes del si­glo an­te­rior. Lo que vuel­ve emo­ti­va a es­ta se­rie es que en mu­chos ca­sos se ha op­ta­do por imá­ge­nes po­co re­pro­du­ci­das de la ju­ven­tud de los pro­ta­go­nis­tas y los contrapo­ne en la par­te in­fe­rior con se­ri­gra­fías de sus fu­ne­ra­les, dan­do co­mo re­sul­ta­do una con­fron­ta­ción que pu­die­ra leer­se en tér­mi­nos de sa­cri­fi­cio re­vo­lu­cio­na­rio, en­ten­di­do en el más am­plio sen­ti­do de la pa­la­bra. Már­quez rin­de ho­me­na­je a los com­ba­tien­tes y a los anó­ni­mos que de una u otra ma­ne­ra han par­ti­ci­pa­do con sus ideas, sus obras y sus cuer­pos en tra­tar de re­de­fi­nir la jus­ti­cia en el Pe­rú. Que mu­chos ha­yan fra­ca­sa­do en el em­pe­ño no im­pi­de que de­ban ser re­cor­da­dos, más aún en tiem­pos en los que por pri­me­ra vez en­tre nosotros una obra de ar­te es des­trui­da por ra­zo­nes po­lí­ti­cas. Por eso co­rres­pon­de­rá a ca­da es­pec­ta­dor decidir, sin cen­su­ras, la co­rrec­ción po­lí­ti­ca de lo pre­sen­ta­do. En lo que a no­so­tros con­cier­ne lo ex­hi­bi­do es un acier­to es­ti­ma­ble. Már­quez, que se apar­ta to­tal­men­te del pan­fle­to pa­ra ha­cer una me­lan­có­li­ca in­tros­pec­ción, cu­yo ca­rác­ter se ahon­da más aún por la ban­da so­no­ra pro­ve­nien­te de un vi­deo que a ma­ne­ra de sli­de show nos re­cuer­da de qué ma­ne­ra ca­da uno de los per­so­na­jes evo­ca­dos par­ti­ci­pó en la ges­ta de nues­tra his­to­ria. Re­fle­xión fi­nal. Ha­ce ape­nas 15 años es­ta mues­tra hu­bie­ra si­do im­pen­sa­ble y na­die se hu­bie­ra atre­vi­do a expo­ner­la. Que hoy pue­da ex­hi­bir­se li­bre­men­te re­ve­la de lo que ideo­ló­gi­ca­men­te he­mos avan­za­do, de la valen­tía de un ar­tis­ta y de una ga­le­ría co­mo 80 mts2 que ha sa­bi­do man­te­ner­se en los már­ge­nes del mainstream, con una pro­gra­ma­ción de ab­so­lu­ta co­he­ren­cia que tie­ne me­re­ci­do el res­pe­to ga­na­do en su aún bre­ve tra­yec­to­ria".

CARLOS CARRILLO NO APTO PARA LA CASA VERDE. El sábado pasado, en un bar del concurrido barrio de Malasaña, conocido por haber sido el centro de la movida madrileña, escuchaba comentar a Carlos Torres Rotondo y Martín Rodríguez-Gaona sobre el primer libro de Carlos Carrillo (autor que yo tengo asociado a la figura de Manuel Rilo, ambos entrevistados en 1998 por Pedro Tenorio en Caretas). Ahora me entero que una reedición reciente del libro de Carrillo Para tenerlos bajo llave (Bizarro ediciones) ha sido censurada de los estantes de La casa verde por "la administradora (o dueña)" de esa librería sanisidrina, según denuncia en su weblog el narrador Max Palacios, editor de dicho sello.
Cuando Para tenerlos bajo llave se presentó en noviembre pasado en el Yacana del Centro de Lima, Iván Thays (quien denominó al volumen como un "peculiar libro de cuentos") comentó en su weblog lo siguiente: "Hace un buen tiempo leí ese libro de relatos -y alguna vez compartí una mesa redonda con el autor en la Universidad del Pacífico, creo- y me pareció un auténtico outsider, un raro (espero que no le disguste el adjetivo) de la literatura peruana, sin que eso signifique que es bueno o malo necesariamente". Por mi parte, y a raíz de dicha censura, he pedido unas líneas a Torres Rotondo, las cuales incluyo a continuación: "En un país donde la literatura fantástica es ciertamente minoritaria y ante todo objeto de estudio de investigadores, donde no se han desarrollado géneros como el policial, el horror y la ciencia ficción, la obra de Carlos Carrillo surge como una anomalía. Lovecraft, los asesinos en serie y el Metal en sus variantes más virulentas son sus principales referentes. En un medio provinciano acostumbrado a que la literatura sea una rama de la sociología, la obra de Carrillo representa un vivificante aire proveniente de la imaginación. Por eso, su censura por parte de la librería La casa verde (que para colmo toma su nombre de un burdel) no sólo es un acto hipócrita, es, me temo, apenas un mínimo síntoma de la terrible estrechez de miras que aún corroe nuestro alicaído circuito cultural. En todo caso, para el autor, esta censura es un elogio que seguro se tomará con el humor negro que lo caracteriza. Enhorabuena, Carrillo, aún hay tías a las que se puede asustar".
Finalmente, pueden leer aquí uno y dos textos del libro de Carrillo. Quizá de su propia lectura usted llegue a entender el por qué de la incomprensible actitud de la administradora (o dueña) de dicha librería (quien al parecer se ha tomado literalmente lo de Para tenerlos bajo llave). Por lo pronto, si quiere leer el libro completo, y si se encuentra por San Isidro, no hay más que pasar por El Virrey, librería ubicada en la avenida Miguel Dasso, a unos cuantos pasos de La casa verde, nombre tomado de la célebre novela de Mario Vargas Llosa. Y ya que lo menciono, no le vendría mal a la gente de La casa verde leer (o releer) su artículo "Todas Putas" sobre el libro de cuentos de Hernán Migoya, el cual sufrió también de la censura. En él, Vargas Llosa hace referencia a aquellas personas que "tienen una idea de la literatura que coincide milimétricamente con la de los regímenes autoritarios -clericales, comunistas y fascistas- para los que el quehacer literario debe ser sometido a una rigurosa censura previa a fin de impedir que ciertos textos disolventes, inmorales o violentos causen estragos en los incautos lectores, convirtiéndolos en subversivos, terroristas, asesinos y pervertidos. Detrás de esta concepción ingenua y confusa de la manera como las ficciones de la literatura influyen en la vida hay, en verdad, un miedo pánico a la libertad. Si los horrores que contienen las novelas, los poemas, los dramas y los cuentos se contagiaran a los lectores como la escarlatina, la vida habría desaparecido hace tiempo del planeta, o, por lo menos, de las sociedades ágrafas y cultas, y sólo sobrevivirían las analfabetas y bárbaras. Porque hay que haber leído muy poca o ninguna literatura para no haberse enterado de que ella está plagada de brutalidades y de sangre, de monstruos y de seres viles, de estupradores y degenerados que cometen las más abyectas fechorías. Y, por supuesto, de innumerables violaciones".

En la foto: estantes de libros de la librería El Virrey.