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domingo, enero 27, 2008

25 años de Uchuraccay (y más)


25 AÑOS DE UCHURACCAY. "El racismo en el Perú, que encendió y sigue manteniendo la indiferencia de amplios sectores frente a las desapariciones, asesinatos y torturas de la población andina, fue la razón principal para que los periódicos avivaran estereotipos sacados de la racionalidad más retrógrada de la sociedad criolla. Un diario –como lo señala el historiador Nelson Manrique– tituló como encabezado de la noticia una sola palabra: '¡Bestias!'. Este titular recoge el mismo adjetivo que el Código Penal de 1924 usaba para minimizar las penas o considerar inimputables a los indígenas 'bestializados por el alcohol'. En otras palabras, el titular del periódico no hizo sino responder a una racionalidad y a un imaginario que son el sustrato de la dependencia, la dominación y la exclusión sobre las que hoy, peligrosamente, sigue sustentándose el país", escribe hoy Rocío Silva Santisteban en su columna de Domingo de La República a propósito de conmemorarse los 25 años de la masacre de Uchuraccay. Valga mencionar que dicho diario con el "encabezado de [...] una sola palabra" es, coincidentemente, el propio La República, entonces bajo la dirección de Guillermo Thorndike. Por otra parte, en su columna de La Primera, Raúl Wiener (citado por Silva Santisteban en su artículo) señala que "después de enero de 1983, no hubo periodista que llegara al campo ayacuchano. Seguiríamos una guerra cada vez más sangrienta y sin prisioneros, a través de los partes del ejército". Mientras que en la página de Contracorriente de El Comercio Miguel Ángel Cárdenas entrevista a "tres personas [que] deciden hablar sobre el asesinato de los ocho periodistas en Uchuraccay: Javier Ascue, quien pudo ser el noveno mártir; Alicia Retto, la hoy periodista hija de Willy Retto, y el lingüista Rodolfo Cerrón Palomino, ex miembro de la comisión Vargas Llosa". Finalmente, tal y como informa la sección cultural de La República, "la Asociación Nacional de Periodistas del Perú acaba de publicar un libro para recordar a Jorge Sedano, Luis Mendívil, Amador García, Félix Gavilán, Octavio Infante, Eduardo de la Piniella, Pedro Sánchez, Willy Retto y el guía Juan Argumedo".

8OM84RD3RO. "Quizá Bombardero no sea una novela y por eso no pudo conseguir editor (nada raro cuando se desacatan las normas comerciales de la industria editorial de estos tiempos). Pero novela o no –discusión vana– del libro con que debuta en la épica César Gutiérrez (Arequipa, 1966) puede decirse, mínimo, que aporta un aire fresco a nuestra narrativa, que sitúa en ella, sin sacrificio del interés, la poesía por encima de la anécdota, y que reivindica el gozo de la lengua y los vuelos (no fantásticos, no real-maravillosos) de la imaginación", señala hoy Abelardo Oquendo en su columna de La República. Mientras que ayer, el sabatino suplemento Somos del diario El Comercio en su página de libros dedicó la siguiente breve reseña a Bombardero: "Literatura Tomahawk. Monica Belevan dice que este libro 'es una sucesion de balas limpiamente encajadas donde duelen mas (que es donde menos se olvidan)'. Y, a juzgar por el titulo y sus connotaciones apocalipticas, no le falta razon. Se trata de un texto -llamarlo 'novela' sería probablemente restrictivo- en el que Gutiérrez -autor del poemario La caída del equilibrista (1997)- pone en el asador toda la carne (y sangre) de sus obsesiones para configurar una suerte de Franskenstein literario en el que toda linealidad ha sido rota y en donde la aleatoria multiplicidad -de historias, de reflexiones, de referencias culturales y geográficas- se abre paso de manera incontinente y abrumadora".

ALGO QUE NUNCA SERÁS. Hoy en La República Jeremías Gamboa comenta el libro que acaba de leer: "Durante los últimos días del año pasado leí, de a pocos, casi paladeándolos, los 9 cuentos de Algo que nunca serás, el último libro de Guillermo Niño de Guzmán. Al terminar el tercer relato me di cuenta de que posiblemente estaba ante lo mejor que se había publicado el año pasado. Algo que nunca serás es un viaje de una belleza densa y agobiante por el interior de una galería de personajes cuya dimensión afectiva ha sido cabalmente delineada; personas sujetas a deseos, pulsiones y fantasías que encuentran o pierden sus identidades en ese espacio problemático que media entre los deseos y la fría realidad. A través de un lenguaje preciso, cuidadosamente urdido, Niño de Guzmán traza momentos memorables. Yo, particularmente, me quedo con dos: la imagen del escritor peruano que se ha dejado vencer por sus impulsos tanáticos en la noche de San Francisco y se siente morir al lado de una kinesióloga vietnamita. La del padre fracasado y el gorila solitario que se miran fijamente a los ojos en el cementerio de Barcelona mientras se desata sobre ellos una lluvia de proporciones bíblicas. Algo que nunca serás es un libro para atesorar".

BENEDETTI
. El Dominical de El Comercio publica una entrevista de José Castro Urioste al escritor uruguayo Mario Benedetti en su apartamento de Montevideo. En la misma, Benedetti hace referencia al "desexilio" que Juan Gelman mencionara en el Babelia de ayer. "Cuando volví a Uruguay había un cruce de cambios. Yo había cambiado; el país había cambiado; y el mundo había cambiado. No fue fácil asimilar el cruce de todos esos cambios. De a pocos uno se va adaptando, se va acomodando a la nueva realidad. Fíjese que yo volví a buscar y preguntar por mis familiares y amigos que habían quedado aquí y me encontré con que muchos habían desaparecido o sobrevivían, pero luego de haber padecido tremendas torturas", declara Benedetti.


MAGDA PORTAL
. Carmen Ollé reseña en El Dominical de El Comercio el libro Poética e ideología en Magda Portal. Otras dimensiones de la vanguardia latinoamericana de Myriam Gonzales Smith, quien "hace un estudio de la producción vanguardista de Magda Portal, especialmente del poemario Una esperanza i el mar (1927). La autora rescata su trayectoria como poeta de vanguardia, opacada por su actividad política, pues la crítica le ha dado mayor importancia a su poesía posvanguardista y a su labor como feminista y luchadora social".


AMPUERO SOBRE SCOTT FITZGERALD
. La edición de hoy de El Dominical de El Comercio publica a su vez un artículo de Fernando Ampuero sobre Francis Scott Fitzgerald y específicamente sobre su novela El gran Gatsby, esa joya. "La gran mayoría de escritores, por si no lo saben, pertenece a una especie benigna de esquizofrénicos. En cada escritor, digamos, hay dos personas: el autor propiamente dicho, que existe gracias al acto de escribir, y el sujeto que luego lee o evoca lo que ha escrito (vale decir, una persona común y corriente, aunque con una eventual hipertrofia de la autoestima). Francis Scott Fitzgerald, por cierto, fue uno de estos locos lindos", escribe Ampuero.


SAER. Ricardo Piglia (entrevistado ayer por Raquel Garzón en el suplemento Revista Ñ de Clarín) escribe en ABC sobre la amistad en Juan José Saer (1937-2005). "Saer tiene (no pienso escribir tenía) el don de la amistad. Siempre será suyo ese esplendor. Y nadie que lo haya leído podrá olvidarlo", afirma. Por mi parte, quiero mencionar la sencillez y soltura que me causó Piglia cuando en octubre pasado, al topármelo en la puerta de la Casa de América de Madrid, le pedí un autógrafo. Incluyo una cita de Saer sobre "Exilio y literatura" (texto escrito en 1980) de su libro El concepto de ficción (1997): "Que en cierta manera los escritores, en razón justamente de serlo, sufran menos que otros las consecuencias del exilio, ha sido probado por el hecho de que con frecuencia el exilio es voluntario y que, en general, aun si se trata de un exilio forzado, continúan escribiendo. No está mal que sea así. La dificultad de su situación deja de ser, a los ojos del mundo, una adversidad personal para transformarse en cifra o emblema de una praxis que se vuelve, en nuestro siglo, cada vez más problemática. El exilio de los escritores nos muestra, sin duda, lo arbitrario del Estado, pero también, y sobre todo, lo que debería ser y aun lo que es, en el mejor de los casos, un escritor" (271-2).


En la foto: los mártires de Uchuraccay.