Putis: holocausto peruano
Como "holocausto peruano" considera Mirko Lauer a la matanza de Putis, ocurrrida en diciembre de 1984 (de hecho, esta matanza es la última de las historias graficadas en el libro Rupay). Lauer ofrece esta afirmación en su columna de hoy en La República, en la cual recoje opiniones de José Pablo Baráybar, Kimberly Theidon, Víctor Vich y la suya propia. Las mismas forman parte del catálogo de la próxima exposición fotográfica de Domingo Giribaldi en el Centro de la Imagen que se inaugurará el próximo 4 de noviembre. Incluyo la opinión de Víctor Vich: "Las ropas han salido a la luz pero ¿qué es lo que continúa oculto? Los pobladores de Putis siguen siendo víctimas del desinterés nacional… ¿Tenemos los peruanos la capacidad de sentirnos interpelados y de cambiar nuestros puntos de vista? ¿Existe en el Perú la voluntad de asumir lo peor de nosotros mismos –lo más degradado de nuestras instituciones– y de reconfigurarnos como comunidad nacional? Cada vez que un nuevo presidente de la república, un nuevo ministro de defensa o cualquier líder político insiste en negar lo sucedido, los muertos del conflicto armado, los fusilados de Putis, vuelven a morir nuevamente". Y la de Mirko Lauer: "Holocausto peruano. En las fotos la masacre continúa. Apela a nuestros sentidos de la justicia y de la compasión. Las fotos aportan el contexto humano del cual la sociedad ha privado a las víctimas: los asesinos no se reconocen en su propia obra, los conciudadanos no tenemos capacidad suficiente de reconocernos en ese espejo cercano que son las víctimas, quienes podrían hacer algo están paralizados por la idea de que no pueden hacer nada. Así, sin abrazo humano que la restañe, la masacre de los muertos no puede sino prolongarse en la masacre de los vivos. Las fotos buscan que el testimonio de lo sucedido no se apague en la voluntad de nuestros corazones, que se detenga en cambio el proceso de indiferencia con que solemos responder a aquello que pensamos inevitable". Valga señalar, como apunta Gustavo Buntinx en su weblog Micromuseo, que "cuarentiocho de los asesinados en Putis eran menores de edad, treintiocho no habían cumplido los diez años". Precisamente la foto que se aprecia en este post la tomo del citado blog de Buntinx. Se trata de una exposición al aire libre de las vestimentas de los desaparecidos de la masacre reconocidas por sus familiares.