Enrique Congrains Martin regresa recargado
Publico, tal cual, el siguiente reportaje sobre Congrains aparecido hoy en Caretas. El mismo incluye una entrevista al autor realizada por Carlos Cabanillas (redactor de la revista) y una breve nota mía sobre su novela El narrador de historias:
Tras 50 años de silencio, Enrique Congrains Martin regresa con tres novelas
No Uno, Sino Muchos Libros
¿Por qué callarse casi 50 años desde su novela No una, sino muchas muertes [1957]? ¿Por qué regresar justo ahora con una novela de 500 páginas?
Para responderle tendría que psicoanalizarme. Escribir o dejar de hacerlo es algo tan misterioso. Durante estos 50 años he escrito más de cincuenta libros, pero ninguno del ámbito de la literatura. Esta castidad literaria me ha permitido cortar tajantemente respecto a mis tres primeros libros. En un año he culminado tres novelas más. Gallinita Portahuevos, con elementos autobiográficos y algo de "libro objeto". Corta, fresca y vital, desarrollada entre Lima y Chosica. La segunda es El Narrador de Historias, simuladamente futurista. La tercera, cuyo argumento me ha rondado más de tres décadas, se titula 999 Palabras para el Planeta Tierra. Es una sátira de la condición humana que se inicia en un paraje desértico al norte de Nazca. Es la más ambiciosa.
De sus primeros tres, ¿con cuál está más satisfecho? ¿Cómo recuerda al Congrains de los cincuenta –el que empezó con el realismo urbano– y a la Lima de entonces?
Me quedo con No una, sino muchas muertes. En ese entonces, era alguien que no sabía ni el uno por ciento de lo que ahora sé. Lima entonces era más manejable. Ahora tenemos varias Limas, porque, como Brasil, ésta tiene tanto del primer mundo como del cuarto. Hace 14 años vivo en Bolivia, y ahora me siento hechura de Latinoamérica toda. Pero mi patria sigue siendo el Perú, no tengo ningún conflicto por no saber qué tierra madre me parió o a cuál me debo.
Su amigo Mario Vargas Llosa lo describió como (el) "impetuoso Enrique Congrains Martin, un ventarrón con pantalones que fue, antes de narrador, inventor de un sapolio para lavar ollas, y luego, de muebles de tres patas, y que editaba y vendía sus libros, de casa en casa y de oficina en oficina, en contacto personal con sus lectores" (CARETAS 1668). Ahora usted le dedica El Narrador de Historias a MVLl. ¿El título alude a él?
En la edición príncipe le dedico la novela. Su trayectoria es un ejemplo de cómo para hacer algo importante en literatura se requiere de una total consagración. También fue en señal de gratitud al generoso prólogo que le dedicó a No una, sino muchas muertes. Pero parece que a Mario no le ha gustado esta novela, pues una llamada desde España me ha sugerido que retire la dedicatoria. ¿Cuál sería el motivo? En mi novela imagino un Chile ultraderechista que santifica a Pinochet, convirtiéndolo en San Augusto, y también aparece un obispo homosexual y asesino. Pero tal vez lo que más ha incomodado a Mario es que, de manera muy explícita, afirmo que el mundo ibérico debe una indemnización de 900,000 millones de euros a los pueblos de América por la guerra de conquista, el consiguiente genocidio, y el saqueo de nuestras riquezas. Creo que es el riesgo de la doble nacionalidad: tener que convivir con lealtades bifrontes. Y, para despejar dudas, el "narrador" de mi novela no tiene que ver con persona alguna.
Finalmente, ¿qué lee ahora? ¿Cuál será el destino editorial de sus libros?
En cuanto a autores vivos, no me canso de leer y releer a Gregorio Martínez (a quien no he tenido el gusto de conocer jamás), a quien considero, por lejos, el más brillante de los escritores peruanos vivos. En cuanto a mis nuevos libros, en principio los lanzaré en Perú con Peisa, de mi amigo Germán Coronado. Pero pienso además firmar con un agente literario. (Carlos Cabanillas)
Palabras de un lector
La trama de El narrador de historias transcurre en la ciudad argentina de Mendoza, convertida en un Protectorado bajo el mandato de la ONU y la administración del gobierno mexicano. Chile, que ocupa la provincia, ha santificado al general Pinochet. Brasil anexó al Paraguay a su territorio y Bolivia se integró a Argentina, la cual viene recibiendo una masiva inmigración hindú que alienta la xenofobia. El protagonista, Cayetano Cómpanis (42), argentino de antepasados peruanos, es un narrador oral contratado por una universidad para interpretar una antigua leyenda hindú. De inmediato hila acontecimientos que conducen la novela por los caminos del thriller policial. Asesinatos y conspiraciones se suceden, mientras busca salvar su vida. Francisco Lombardi, que ya llevó al cine la primera novela de Congrains, bien podría animarse por esta excelente obra, quizá la mejor novela peruana aparecida en los últimos años. (Paolo de Lima)
En la foto: La nueva cara de Congrains. En El narrador de historias, el autor menciona a Santiago Roncagliolo, Vila-Matas, Piglia y Bolaño. La edición príncipe no está a la venta. Son 120 ejemplares numerados. [Leyenda y foto de Caretas]
Tras 50 años de silencio, Enrique Congrains Martin regresa con tres novelas
No Uno, Sino Muchos Libros
¿Por qué callarse casi 50 años desde su novela No una, sino muchas muertes [1957]? ¿Por qué regresar justo ahora con una novela de 500 páginas?
Para responderle tendría que psicoanalizarme. Escribir o dejar de hacerlo es algo tan misterioso. Durante estos 50 años he escrito más de cincuenta libros, pero ninguno del ámbito de la literatura. Esta castidad literaria me ha permitido cortar tajantemente respecto a mis tres primeros libros. En un año he culminado tres novelas más. Gallinita Portahuevos, con elementos autobiográficos y algo de "libro objeto". Corta, fresca y vital, desarrollada entre Lima y Chosica. La segunda es El Narrador de Historias, simuladamente futurista. La tercera, cuyo argumento me ha rondado más de tres décadas, se titula 999 Palabras para el Planeta Tierra. Es una sátira de la condición humana que se inicia en un paraje desértico al norte de Nazca. Es la más ambiciosa.
De sus primeros tres, ¿con cuál está más satisfecho? ¿Cómo recuerda al Congrains de los cincuenta –el que empezó con el realismo urbano– y a la Lima de entonces?
Me quedo con No una, sino muchas muertes. En ese entonces, era alguien que no sabía ni el uno por ciento de lo que ahora sé. Lima entonces era más manejable. Ahora tenemos varias Limas, porque, como Brasil, ésta tiene tanto del primer mundo como del cuarto. Hace 14 años vivo en Bolivia, y ahora me siento hechura de Latinoamérica toda. Pero mi patria sigue siendo el Perú, no tengo ningún conflicto por no saber qué tierra madre me parió o a cuál me debo.
Su amigo Mario Vargas Llosa lo describió como (el) "impetuoso Enrique Congrains Martin, un ventarrón con pantalones que fue, antes de narrador, inventor de un sapolio para lavar ollas, y luego, de muebles de tres patas, y que editaba y vendía sus libros, de casa en casa y de oficina en oficina, en contacto personal con sus lectores" (CARETAS 1668). Ahora usted le dedica El Narrador de Historias a MVLl. ¿El título alude a él?
En la edición príncipe le dedico la novela. Su trayectoria es un ejemplo de cómo para hacer algo importante en literatura se requiere de una total consagración. También fue en señal de gratitud al generoso prólogo que le dedicó a No una, sino muchas muertes. Pero parece que a Mario no le ha gustado esta novela, pues una llamada desde España me ha sugerido que retire la dedicatoria. ¿Cuál sería el motivo? En mi novela imagino un Chile ultraderechista que santifica a Pinochet, convirtiéndolo en San Augusto, y también aparece un obispo homosexual y asesino. Pero tal vez lo que más ha incomodado a Mario es que, de manera muy explícita, afirmo que el mundo ibérico debe una indemnización de 900,000 millones de euros a los pueblos de América por la guerra de conquista, el consiguiente genocidio, y el saqueo de nuestras riquezas. Creo que es el riesgo de la doble nacionalidad: tener que convivir con lealtades bifrontes. Y, para despejar dudas, el "narrador" de mi novela no tiene que ver con persona alguna.
Finalmente, ¿qué lee ahora? ¿Cuál será el destino editorial de sus libros?
En cuanto a autores vivos, no me canso de leer y releer a Gregorio Martínez (a quien no he tenido el gusto de conocer jamás), a quien considero, por lejos, el más brillante de los escritores peruanos vivos. En cuanto a mis nuevos libros, en principio los lanzaré en Perú con Peisa, de mi amigo Germán Coronado. Pero pienso además firmar con un agente literario. (Carlos Cabanillas)
Palabras de un lector
La trama de El narrador de historias transcurre en la ciudad argentina de Mendoza, convertida en un Protectorado bajo el mandato de la ONU y la administración del gobierno mexicano. Chile, que ocupa la provincia, ha santificado al general Pinochet. Brasil anexó al Paraguay a su territorio y Bolivia se integró a Argentina, la cual viene recibiendo una masiva inmigración hindú que alienta la xenofobia. El protagonista, Cayetano Cómpanis (42), argentino de antepasados peruanos, es un narrador oral contratado por una universidad para interpretar una antigua leyenda hindú. De inmediato hila acontecimientos que conducen la novela por los caminos del thriller policial. Asesinatos y conspiraciones se suceden, mientras busca salvar su vida. Francisco Lombardi, que ya llevó al cine la primera novela de Congrains, bien podría animarse por esta excelente obra, quizá la mejor novela peruana aparecida en los últimos años. (Paolo de Lima)
En la foto: La nueva cara de Congrains. En El narrador de historias, el autor menciona a Santiago Roncagliolo, Vila-Matas, Piglia y Bolaño. La edición príncipe no está a la venta. Son 120 ejemplares numerados. [Leyenda y foto de Caretas]