El primer poemario de Erika Almenara

Con un poemario titulado Reino cerrado, la joven poeta Erika Almenara (Lima, 1978) hace su aparición personal en el ruedo de la poesía de la mano de la pujante editorial El santo oficio. El libro está dedicado "a Luis Hernán, porque mi reino lo construyo contigo, y todo lo demás se cierra", y lleva sendos epígrafes de dos fundamentales voces de la poesía latinoamericana del siglo XX: Blanca Varela y Alejandra Pizarnik. El libro, dividido en dos partes (con XVII y IX poemas así numerados, respectivamente), contiene una poesía de tono intimista, breve y sugerente, cuyas "imágenes no tienen historia", según se advierte en la contracarátula, y cuyos lugares nombrados son el bosque, el manantial, las Costas Normandas, la Luna, y por la que circulan "aves de extraño plumaje", un gallo, un colibrí, un pez, y en la que se dejan ver "puntos negros sobre la pared". Aquí dos poemas, uno por sección:


VII.

Te has convertido en la urgencia de abrir un círculo en un cielo de vidrio. Introduces y extraes repetidas veces la mano. Esperas la sangre. Te envuelves en ella.


I.

Palabra de animal viejo,
de animal resucitado,
palabra que dejo enfriar entre mis manos.

Entre mis dedos la veo desangrarse
y la exprimo
para robarle sus últimos jugos
que alguna vez fueron suaves
como lo son hoy todavía
los míos.


En la foto: carátula del libro.