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martes, octubre 03, 2006

Carlos Oliva

Letras.s5 acaba de publicar un "Homenaje al poeta Carlos Oliva" a propósito de la presentación, el pasado jueves 28 de septiembre, en el Centro Cultural Yacana del Centro de Lima, de la edición arequipeña del libro Lima o el largo camino de la desesperación. El homenaje incluye dos poemas de Oliva, así como dos textos sobre el autor y su obra. El primero pertenece a la poeta e investigadora literaria Carolina O. Fernández, quien entre otras cosas dice lo siguiente: "¿Qué principios gobiernan la existencia social en los 90 y hoy en día? ¿A qué renuncia el poeta? ¿Predominan los intereses y salidas que fomentan el individualismo porque ya no hay nada en qué creer? ¿Es que son contrapuestas la individualidad/autonomía y las metas colectivas? El individualismo narcisista del que nos habla la voz poética de Carlos Oliva, en otro tiempo y espacio Sor Juana Inés de la Cruz o si ustedes lo prefieren Lacan, es el individualismo que el mercado y la globalización capitalista hoy en día exacerba en todos los niveles y grupos sociales convirtiendo al semejante en enemigo. Esta primacía del principio individualista del mercado conduce a obtener el 'éxito' a cualquier precio, incluso en el campo literario". El otro texto pertenece a Miguel Ildefonso quien, a partir de un testimonio del autor homenajeado, se refiere a "los aspectos personales que me impresionaron de Carlos Oliva. El sentido lúdico y humorístico, que demostraba una inteligencia clara, por un lado. El respeto y el saberse ubicar con humildad en la tradición poética de los contestatarios o ángeles rebeldes. Esa humildad que con lucidez le hace ver a todo verdadero creador hasta sus propias limitaciones, pero a su vez, le clarifica su horizonte para poder seguir desarrollando una auténtica obra de arte. Humildad poética que se transforma en genialidad para avizorar el futuro, y parodiarlo, así como Carlos Oliva, al enfatizar su disgusto cuando husmean su privacidad o cuando se la exagera. La limpieza de su mente le hizo distinguir entre el Oliva poeta-ángel-demonio y el Oliva de carne y hueso, como queda claro en aquel testimonio prologal. Esos excesos, que también me llamaron la atención, quizás sobrepasaron a su voluntad de separar ambos aspectos de su personalidad. Pero más creo que fueron aquellas fuerzas irracionales que están bajo el motor de la poesía. Lo decía en sus poemas, lo anunciaba, nos lo advertía. Eros y Tánatos, luz y decadencia, purificación y final de la noche. El fuego que iluminaba el largo camino terminó por juntarlos. Y solo después de la noche podemos ver ahora que el fuego de su poesía fue más que el de la ciudad, que el de la noche de esos años iniciales del noventa que le tocó vivir, que nos tocó vivir, en la mancha de Neón que se acabó porque él dejó el grupo".

En la foto: el poeta (Lima, 1960 - 1994).