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martes, enero 02, 2007

Entrevistas a Carlos Calderón Fajardo y Domingo de Ramos

CALDERÓN FAJARDO: Las secciones culturales de Correo y El Peruano publican hoy entrevistas al narrador Carlos Calderón Fajardo a propósito de su libro Historias de verdugos (Santo Oficio, 2006), "un conjunto de relatos que bordean lo fantástico", como lo describe Carlos M. Sotomayor, quien entrevista al autor en el primer diario mencionado. Dos preguntas. "La figura principal del libro es la del verdugo...": "Pero no es el verdugo oficial, el de la guillotina, sino el verdugo de la vida cotidiana, el de todos los días. El hombre que verduguiza a su mujer, la mujer que verduguiza a su marido. O el empleador que verduguiza al empleado. O el crítico que silencia al escritor y que de alguna manera lo verduguiza (risas). Estamos en un mundo en donde hay una victimización constante, en que somos verdugos y víctimas al mismo tiempo". "Las historias de verdugos se dan a todo nivel...": "Claro. La guerra que hubo aquí hace muy poquito. Guerra de verdugos. La guerra de Sendero, que victimizaba a personas inocentes, y luego venía el Ejército y los victimaba también. Era una guerra entre dos ejércitos de verdugos en donde las víctimas estaban en el medio". Por su parte, Ernesto Carlín Gereda hace lo propio en el diario oficial. Una pregunta. "¿De qué trata El fantasma nostálgico, su novela finalista del Tusquets?": "Es una novela alemana sobre el fenómeno del nazismo. Todo pasa en Berlín. En 1994 fui a la capital alemana como profesor invitado del Instituto Iberoamericano de Berlín. Dediqué gran parte de mi tiempo a averiguar sobre mi madrastra y mi hermano mayor (fallecidos en Alemania en la década de 1930). No es una satanización del pueblo alemán, sino tratar de reflexionar cómo un país como Alemania que produjo a Beethoven, Marx, Freud, haya acabado en el holocausto máximo".
DE RAMOS: En la sección cultural de La Primera, Jack Martínez entrevista al poeta Domingo de Ramos, "cofundador de Kloaka, el movimiento poético de mayor relevancia en los primeros años de la década de los ochenta. Las voces de sus integrantes aún resuenan con fuerza en el ámbito literario nacional y muestra de ello es la publicación de Pastor de perros (Estruendomudo), una antología que recoge los mejores poemas del vate mencionado". Incluyo tres preguntas. "Habla de la realidad. Y eso conlleva a preguntar por el 'famoso' compromiso del poeta...": "Bueno, el primer compromiso es con la poesía misma. En segundo lugar, el compromiso es con la sociedad. Pero esto último no se debe confundir con una actitud panfletaria, ideologizante ni partidaria, sino como algo que se desprende del texto. Recordemos que el poeta acusa recibo de la violencia de su tiempo y su mundo. En ese sentido, es imposible no percibir, de una u otra manera, lazos entre su poesía y su realidad circundante". "¿Cómo ve la poesía peruana joven?": "Bueno, yo tengo un contacto cercano con muchos jóvenes poetas, pero veo poéticas muy dispersas. Es cierto que es interesante la variedad. Veo a los poetas como integrantes de un bosque extenso, pero en ese bosque no veo el árbol que indique hacia dónde apunta esa poesía". "¿Es algo distinto a lo practicado en su momento por Kloaka?": "En aquel entonces sí teníamos una poética definida, sabíamos a dónde íbamos y qué queríamos. Se creía en colectivos. En procesos. Con cierta ingenuidad política, es cierto, pero por lo menos se tendía a ir a un norte. Ahora no hay ni grupos, ni norte. Solo una individualización acérrima y cerrada, sin referentes".

PD: Hoy en la página de opinión de El Comercio Ricardo González Vigil continúa dando cuenta de "Los mejores libros del 2006". "Ediciones mayores. Hermosos (diseño e ilustraciones) y sustanciosos, dos de los libros del año fueron Visión y símbolos: del Virreinato criollo a la República peruana, volumen coordinado por Ramón Mujica Pinilla (Banco de Crédito); y Primicias de cocina peruana (Madrid, Everest), de Rodolfo Hinostroza, galardonado con distinciones internacionales al libro gastronómico", se lee.

En la foto: Carlos Calderón Fajardo. "Yo no hago, generalmente, literatura social, por lo menos no en este libro, lo mío son metáforas literarias", afirma.