Magaly Solier en Godard! 10
El décimo número de la revista de cine Godard! (correspondiente al mes de agosto, 58 páginas), dirigida por Claudio Cordero y Sebastián Pimentel, trae como primer artículo un "breve y emotivo diálogo" a dos páginas de Diego Cabrera con Magaly Solier, la protagonista de Madeinusa (película calificada por Pimentel hace unas semanas en su columna de Somos como "extraordinaria"). Transcribo algunas preguntas del diálogo con "la Viridiana andina", tal como la denomina Cabrera.
Si no me equivoco, el rodaje fue en un pueblito de Huaraz llamado Canrey Chico, ubicado a 4,000 metros sobre el nivel del mar. ¿Cuán complicada fue la filmación?
Lo más difícil fue adaptarme a la altura y al frío. Me dijeron hemorragias, me chocó bastante.
Como protagonista de la película, debes haber conversado bastante con Claudia [Llosa]. ¿Por qué crees que te eligió para contar una historia sobre el mundo andino, y de una manera tan particular en relación con lo que suele producirse en nuestro cine?
Ella me dijo que antes de encontrarme me había soñado, que había trabajado conmigo en sus sueños, que mi rostro era el de Madeiunsa. Me explicó el tema de la película: era fuerte, pero yo estaba dispuesta a hacerlo. Creo que ahí se convenció de que yo era la indicada.
A lo largo de la película, Madeinusa sufre una transformación muy compleja. ¿Por qué crees que finalmente toma la decisión que toma?
Madeinusa era un manso corderito que se convirtió en un lobo feroz. El objetivo de su huida es llegar a otro mundo. Como todo provinciano, ella quiere ver la famosa Lima, su gente, su moda. Ella huye en busca de su madre, pero también escapa de ese mundo oculto que es Manayaycuna.
Es curioso que luego de rodar Madeinusa te trasladaras a la capital. ¿Te sientes, de alguna manera, como Salvador cuando llegó a Manayaycuna?
Para mí, llegar a Lima fue descubrir un nuevo mundo. Al principio me costó mucho, lloraba, renegaba en cada esquina, me preguntaba: "¿Esto es la 'famosa' Lima?"
¿Estabas decepcionada?
Sí, pero solo al principio. Como todo ser humano, al final pude adaptarme. Además, era una oportunidad que no podía desaprovechar. Me di cuenta de que bastaba tener los ojos bien abiertos y ser un poco desconfiada. Nosotros los provincianos somos muy confiados, y la gente aquí es muy aprovechadora. Al principio, pensé que Lima no era para mí, pero ¿qué iba a hacer regresando, si aquí se me presentaba la oprtunidad de progresar, de cumplir mi deseo? Yo quiero ser cantante, y para ello no me puedo quedar en Huanta.
Por cierto, tengo entendido que compusiste varios temas de la película.
Conmpuse un par de temas a pedido de Claudia, el del principio de la película y otro que canto junto con Salvador en el mirador.
¿Te gusta alguna cantante en particular?
Sٕí, admiro a Yma Súmac, desde niña. A mi madre le gustaba mucho cantar, pero ella nunca tuvo la oportunidad de venir a Lima, como yo. Ella me dijo: "Tú cantas igual que Yma Súmac". Pocos meses después de llegar a Lima, pude conocerla, le di un beso en la mejilla, pude verla a los ojos y pedirle un autógrafo. Quiero ser la segunda Yma Súmac: estoy preparándome para ello.
¿Existe una Magaly antes y después de Madeinusa?
Claro que sí. Antes, Magaly era como el personaje: humilde, ni siquiera tenía el valor de despegar los labios y saludar a alguien, le pegaban y no respondía. La Magaly de ahora es más atrevida, más analítica, más curiosa...
Por otra parte, con motivo de la polémica que se está llevando a cabo en torno a la película Madeinusa, recuerdo una noticia aparecida hace pocas semanas. Se trata de la organizacion Canadian Lutheran World Relief que denuncia los pocos beneficios que reciben las comunidades andinas aledañas a los yacimientos de oro y plata. En el caso específico de la comunidad ancashina de Canrey Chico (lugar donde se filmó Madeinusa, también conocido como Olleros), la empresa canadiense Barrick Gold está operando en las cercanías, expandiendo sus actividades extractivas y amenazando los recursos hidráulicos necesarios para el cultivo y el pastoreo. Olleros (o Canrey Chico) es punto de referencia en muchos manuales de turismo, pero tiene un alto porcentaje de población viviendo en la pobrema extrema, lo mismo que otras zonas del país, como Cajamarca, por ejemplo, en que el índice de pobreza extrema llega a casi el 50% de la población. Naturalmente, recordar estos hechos no significa cuestionar la película como tal, pero precisamente por el valor innegable de la misma y su alusión a la mina que buscaba su personaje 'blanco', estos datos pueden abrir otras ventanas y enriquecer el debate. Aquí solo apunto el hecho. Más informacion relacionada al tema, aquí.
Finalmente, más sobre la polémica en la página web Ventana indiscreta, el cine arte de la Universidad de Lima. De las intervenciones, destaco esta frase de Ricardo Bedoya (la cual forma parte aumentada de un artículo suyo aparecido inicialmente en El Dominical de El Comercio): "Siendo una construcción imaginaria, la ficción de Manayaycuna resulta tan legítima como la idealizada Arcadia indigenista o la épica del campesinado en armas y los Andes enrojecidos de la ficción de los setenta". Y esta opinión de Emilio Bustamante: "Creo que se puede discutir la ideología de un filme, se puede ponerla en evidencia, se puede expresar un desacuerdo con ella; pero no descalificar a la película en cuanto objeto artístico por ella, y menos inventarle defectos formales y narrativos porque no compartimos la visión del mundo que trasluce. Si fuera así, tendríamos que descalificar a El nacimiento de una nación, Olimpia y Octubre. Ya Susan Sontag destacó el fascinante fascismo de las obras de Leni Riefenstahl; no por fascistas menos fascinantes que los filmes de Eisenstein".
En la foto: carátula de Godard! 10.
Si no me equivoco, el rodaje fue en un pueblito de Huaraz llamado Canrey Chico, ubicado a 4,000 metros sobre el nivel del mar. ¿Cuán complicada fue la filmación?
Lo más difícil fue adaptarme a la altura y al frío. Me dijeron hemorragias, me chocó bastante.
Como protagonista de la película, debes haber conversado bastante con Claudia [Llosa]. ¿Por qué crees que te eligió para contar una historia sobre el mundo andino, y de una manera tan particular en relación con lo que suele producirse en nuestro cine?
Ella me dijo que antes de encontrarme me había soñado, que había trabajado conmigo en sus sueños, que mi rostro era el de Madeiunsa. Me explicó el tema de la película: era fuerte, pero yo estaba dispuesta a hacerlo. Creo que ahí se convenció de que yo era la indicada.
A lo largo de la película, Madeinusa sufre una transformación muy compleja. ¿Por qué crees que finalmente toma la decisión que toma?
Madeinusa era un manso corderito que se convirtió en un lobo feroz. El objetivo de su huida es llegar a otro mundo. Como todo provinciano, ella quiere ver la famosa Lima, su gente, su moda. Ella huye en busca de su madre, pero también escapa de ese mundo oculto que es Manayaycuna.
Es curioso que luego de rodar Madeinusa te trasladaras a la capital. ¿Te sientes, de alguna manera, como Salvador cuando llegó a Manayaycuna?
Para mí, llegar a Lima fue descubrir un nuevo mundo. Al principio me costó mucho, lloraba, renegaba en cada esquina, me preguntaba: "¿Esto es la 'famosa' Lima?"
¿Estabas decepcionada?
Sí, pero solo al principio. Como todo ser humano, al final pude adaptarme. Además, era una oportunidad que no podía desaprovechar. Me di cuenta de que bastaba tener los ojos bien abiertos y ser un poco desconfiada. Nosotros los provincianos somos muy confiados, y la gente aquí es muy aprovechadora. Al principio, pensé que Lima no era para mí, pero ¿qué iba a hacer regresando, si aquí se me presentaba la oprtunidad de progresar, de cumplir mi deseo? Yo quiero ser cantante, y para ello no me puedo quedar en Huanta.
Por cierto, tengo entendido que compusiste varios temas de la película.
Conmpuse un par de temas a pedido de Claudia, el del principio de la película y otro que canto junto con Salvador en el mirador.
¿Te gusta alguna cantante en particular?
Sٕí, admiro a Yma Súmac, desde niña. A mi madre le gustaba mucho cantar, pero ella nunca tuvo la oportunidad de venir a Lima, como yo. Ella me dijo: "Tú cantas igual que Yma Súmac". Pocos meses después de llegar a Lima, pude conocerla, le di un beso en la mejilla, pude verla a los ojos y pedirle un autógrafo. Quiero ser la segunda Yma Súmac: estoy preparándome para ello.
¿Existe una Magaly antes y después de Madeinusa?
Claro que sí. Antes, Magaly era como el personaje: humilde, ni siquiera tenía el valor de despegar los labios y saludar a alguien, le pegaban y no respondía. La Magaly de ahora es más atrevida, más analítica, más curiosa...
Por otra parte, con motivo de la polémica que se está llevando a cabo en torno a la película Madeinusa, recuerdo una noticia aparecida hace pocas semanas. Se trata de la organizacion Canadian Lutheran World Relief que denuncia los pocos beneficios que reciben las comunidades andinas aledañas a los yacimientos de oro y plata. En el caso específico de la comunidad ancashina de Canrey Chico (lugar donde se filmó Madeinusa, también conocido como Olleros), la empresa canadiense Barrick Gold está operando en las cercanías, expandiendo sus actividades extractivas y amenazando los recursos hidráulicos necesarios para el cultivo y el pastoreo. Olleros (o Canrey Chico) es punto de referencia en muchos manuales de turismo, pero tiene un alto porcentaje de población viviendo en la pobrema extrema, lo mismo que otras zonas del país, como Cajamarca, por ejemplo, en que el índice de pobreza extrema llega a casi el 50% de la población. Naturalmente, recordar estos hechos no significa cuestionar la película como tal, pero precisamente por el valor innegable de la misma y su alusión a la mina que buscaba su personaje 'blanco', estos datos pueden abrir otras ventanas y enriquecer el debate. Aquí solo apunto el hecho. Más informacion relacionada al tema, aquí.
Finalmente, más sobre la polémica en la página web Ventana indiscreta, el cine arte de la Universidad de Lima. De las intervenciones, destaco esta frase de Ricardo Bedoya (la cual forma parte aumentada de un artículo suyo aparecido inicialmente en El Dominical de El Comercio): "Siendo una construcción imaginaria, la ficción de Manayaycuna resulta tan legítima como la idealizada Arcadia indigenista o la épica del campesinado en armas y los Andes enrojecidos de la ficción de los setenta". Y esta opinión de Emilio Bustamante: "Creo que se puede discutir la ideología de un filme, se puede ponerla en evidencia, se puede expresar un desacuerdo con ella; pero no descalificar a la película en cuanto objeto artístico por ella, y menos inventarle defectos formales y narrativos porque no compartimos la visión del mundo que trasluce. Si fuera así, tendríamos que descalificar a El nacimiento de una nación, Olimpia y Octubre. Ya Susan Sontag destacó el fascinante fascismo de las obras de Leni Riefenstahl; no por fascistas menos fascinantes que los filmes de Eisenstein".
En la foto: carátula de Godard! 10.