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martes, febrero 20, 2007

Entrevista a Josué Méndez

El weblog La cinefilia no es patriota (aludido despectivamente, junto a otros weblogs peruanos dedicados al cine, como Cinencuentro, El buen cine, Nuvolaglia o La tetona de Fellini, en esta nota anónima de Caretas) postea hoy una extensa entrevista de Mario Castro Cobos y Fernando Vílchez al director cinematográfico Josué Méndez (Días de Santiago) realizada "en su pequeña oficina del centro de Miraflores, hace veintitantos días". La misma gira en torno a su segunda película aún en proceso Dioses. Incluyo las declaraciones de Méndez en las que ofrece elementos de cómo será esta nueva y desde ya esperada película suya, elementos que van acompañados de su visión de la sociedad peruana actual.

GUIÓN Y PUESTA EN ESCENA. "Cuando me toca escribir, escribo y no pienso en nada más. Mientras avanzaba el guión de Dioses, solamente en partes muy específicas hubo una puesta de escena en mente. No más de cuatro escenas están pensadas así, por ejemplo. Todo ese proceso lo empiezo recién desde ahora, cuando empiezo a ensayar con los actores, a definir locaciones, a trabajar con los directores de fotografía y de arte. Cuando ya tengo al equipo conmigo empiezo a pensar en la puesta en escena y armamos conversaciones sobre eso. En ese momento es que dejo de ser solamente un escritor para ya pensar en la realización".
RODAJE. "Solamente son cinco semanas de rodaje, así que lo que se busca es improvisar al máximo durante los ensayos. Ahí hay que dejar que los actores ofrezcan todas las ideas que tengan, no descartar ninguna y finalmente llegar a un punto en que las escenas sean fijas y así no tener que experimentar en pleno rodaje".
ZOOLÓGICO. "Mira, la impresión que yo tengo con esta película es la que uno siente cuando ingresa a un zoológico y vas observando a los animales y de pronto te encuentras con un orangután, ese rey que se encuentra inmóvil, perezoso, como dices, un animal que te mira durante dos horas sin moverse y luego bosteza o te da la espalda. Esa es mi sensación. Sin duda, esta película va a ser más contemplativa. Desde luego, hay una trama y suceden cosas, pero se tratará de poner la cámara siempre sobre el trípode y sobre un dolly, y evitar la cámara en mano".
LIMA EN TRES NIVELES. "Lima está presente en todos sus estratos... Ahora, para simplificar la película, traté de pensar en tres niveles: La clase alta, representada por los Dioses; la clase media, a través de la chica que ingresa a este universo; y los más pobres, que son la servidumbre de la película. Estamos tratando de hacer todo eso claro, donde los Dioses sean rubios, los de la clase media sean criollos y la clase pobre de rasgos andinos".
LA CLASE ALTA. "He leído
The Theory of the Leisure Class, de Thorstein Veblen, que es un tratado filosófico, un estudio bastante denso sobre cómo se comporta la clase alta. Claro, hay una diferencia entre la clase alta de inicios de siglo XX y nuestra clase alta particular actual. Acá, las personas de la clase alta no son nobleza, y los que lo son, pertenecen a cinco familias y viven afuera. Lo que hay acá son nuevos ricos. Además, pienso que cuando la película se vea en el exterior, afuera van a decir 'oye, pero los ricos no son tan ricos'. Y es cierto, acá los ricos no tienen helicópteros ni avionetas, como la clase alta mexicana, por ejemplo. Nuestra clase alta es misia".
DIÁLOGO, MÚSICA. "Tengo mucho diálogo. Los personajes hablan de más, ya por las puras, pero mientras el diálogo se escuchará, la cámara no se posará en las personas que hablen sino se irá paseando por el lugar. Lo importante no es escuchar lo que dicen, sino ver las relaciones que existen, el diálogo terminará siendo un artefacto de decoración artística, nada más. En cuanto a la música, me gusta que sea ella quien presente al mundo. En Días de Santiago, hay escenas donde eso ocurre. Santiago tiene una música extraña para él, o la escena de la discoteca abre con música festiva. Para Dioses, en principio, es igual. Para el mundo joven de la clase alta se piensa en música electrónica, para el mundo adulto de la clase alta se puede partir de música clásica... pero esas son ideas iniciales, puntos de partida".
VISIÓN POLÍTICA. "La película lo que quiere es mostrar la vida cotidiana de las personas, y el contraste existente en el país. Parte, principalmente, de un retrato de una clase. Ahora, mi visión política del asunto es que esta clase tiene total responsabilidad de nuestra situación como país. Claro que también pienso que los pobres tienen mucho por hacer. En ninguna parte del mundo han sido los poderosos los que han cambiado las cosas... Sin embargo, estos juicios no van a estar en la película para nada. Se trata de mostrar quizás el gran problema del país: un país sin comunicación".

En la foto:
Josué Méndez. "En ninguna parte del mundo han sido los poderosos los que han cambiado las cosas...", afirma.