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domingo, agosto 12, 2007

Breves

EL AFICHE DEL FESTIVAL DE CINE. En su Kolumna okupa de Domingo de La República, Rocío Silva Santisteban parafrasea el célebre título del libro de Víctor Vich para decirnos que "El racista es el otro" a propósito de la polémica suscitada por el afiche del Festival de Cine. "Lo que ha puesto en evidencia esta polémica es que nos encontramos muy sueltos de huesos cuando 'descubrimos' el racismo del otro y de alguna manera sentimos una autocomplacencia ante estas denuncias. Nos convertimos en el cazador de racistas y, por esos regodeos narcisistas, nos olvidamos de nuestro propio racismo, del sexismo que desplegamos día a día, y del clasismo y otras prácticas discriminatorias, prácticas que conviven con nosotros como el cebiche y la Inka Kola: con un regustito a peruanidad", afirma la autora de Ese oficio no me gusta. También sostiene lo siguiente: "Toda polémica sobre estos espinosos temas que conforman la corona crística de los peruanos del Perú es bienvenida, pues levanta el adormecido polvo de la mansedumbre moral, y nos enfrenta a lo que verdaderamente somos: una sociedad escindida con problemas para asumir nuestras identidades múltiples. Nuestro mestizaje jamás ha funcionado como una mezcla, se ha deslizado por una historia desmemoriada de tensiones y distorsiones que nos convierte en –como ha dicho hace poco Edgardo Rivera Martínez para hablar de la literatura peruana– 'una articulación asimétrica e inestable'. Y el problema no radica solo en nuestra asimetría e inestabilidad; lo peor de todo sería que ni siquiera pudiéramos estar, mal que bien, articulados".

EMILIO SANTISTEBAN. Los invito a visitar el weblog personal del artista visual Emilio Santisteban, quien recientemente realizó una muy interesante performance titulada Barrer. En la página puede apreciarse tanto el registro fotográfico como el vídeo de la acción ejecutada por Santisteban, así como el texto de Jimena Lynch Cisneros incluido dentro del volante que integra la performance. "El fujimontesinismo y el alanmantillismo son y fueron siempre dos caras de la misma moneda con la que hoy cobramos y pagamos diariamente: la del irrespeto a muchos peruanos que no son considerados realmente ciudadanos, y la de nuestra complicidad en la impunidad", sostiene Emilio Santisteban.

OJALÁ OCTUBRE. Mario Vargas Llosa dedica su columna de hoy en la página de opinión de El Comercio al libro de Juan Cruz Ruiz Ojalá octubre, "una memoria enteramente construida en torno a la figura paterna que marcó profundamente la niñez del autor y que ha sobrevivido en su corazón y en su memoria en imágenes vívidas, sentidas y dispersas sobre las que se estructuran los distintos capítulos de su libro".

CARTAS DE WESTPHALEN. Abelardo Oquendo da cuenta de lo siguiente en su columna de hoy en La República: "Once cartas de Emilio Adolfo Westphalen a Xavier Abril, escritas entre 1930 y 1931 hacen del último Quehacer –el 166– un número de interés especial para la gente de letras". A conseguirlo.

LEYLA BARTET. José Güich Rodríguez
empieza su labor como reseñista en la sección cultural de Correo preguntándose, a propósito del libro de cuentos A puerta cerrada de Leyla Bartet, si "¿pueden la corrección y eficacia de una historia ser suficientes justificaciones para garantizar, en nuestra era, la trascendencia de un texto literario o en términos más solemnes, su tránsito al santoral diabólico de las letras? Y esa cuestión conduce a otra, a la manera de una reacción en cadena: ¿qué significaría 'trascendencia' en este mundo, canibalizado por la estadística y la mentalidad cortoplacista?". El desarrollo de estas inquietudes conducen a Güich a sostener que "el libro de Bartet no se lee con disgusto, pero queda una sensación de que el exceso de sociologismo –y el pensar en una lectoría muy segmentada– anuló la ambición de ascender a mayores alturas".

CARLOS RENGIFO. La casa amarilla, la nueva novela de Carlos Rengifo publicada por Norma, recibe un saldo favorable en la reseña que hoy le dedica Marcel Velásquez Castro en El Dominical de El Comercio. En opinión del autor de El revés del marfil y Las máscaras de la representación "La casa amarilla es una novela que desarrolla una historia literaria común, pero que alcanza ribetes notables por la cabal reconstrucción de la vida interior del personaje central, la adolescente Delicia". Marcel Velásquez concluye su lectura sosteniendo que "esta buena novela marca la resurrección de un autor que superó la vorágine kitsch de la marginalidad urbana, y que halló en las habitaciones de la locura su voz más original y creativa". Recordemos que ya Miguel Gutiérrez afirmó que "Rengifo se interna [con esta obra] en el lenguaje de las formas, donde lo lúdico se mezcla con lo poético, para entregarnos un texto eficaz en el que vislumbramos a un narrador experimentado, hábil en crear atmósferas decantadas y en pintar en breves trazos personajes fronterizos". Quizás próximamente podamos conocer nuevas valoraciones sobre La casa amarilla a través de las columnas de Javier Ágreda y José Güich.

DANIEL ALARCÓN. "Ese potencial [para la fabulación alusiva y simbólica mostrado por Daniel Alarcón en su libro de cuentos Guerra a la luz de las velas], hábil para estilizar y rarificar con sesgos absurdos las experiencias reales, ha sido desplegado vigorosamente en [su] primera novela Radio ciudad perdida, cuyo original en inglés ha sido saludado elogiosamente por la prensa norteamericana", sostiene hoy en la sección cultural de El Comercio Ricardo González Vigil, quien hace notar a su vez que "se confiere un papel de 'opio del pueblo' al programa Radio ciudad perdida".

En la foto: García y Fujimori, anverso y reverso de una misma alfombra ensangrentada en notable performance de Emilio Santisteban.