Lecturas para omnívoros
La soñada coherencia de las letras latinoamericanas se hace revista. Fernando Gubbins, peruano afincado en Nueva York, es su creador
Por Teo Pinzás*
Filósofo y periodista residente desde hace cuatro años en Nueva York, Fernando Gubbins regresa a Perú con un interesante proyecto bajo el brazo: PRL, la primera revista latinoamericana de libros, que busca amalgamar periodísticamente el desarticulado panorama de las letras latinoamericanas actuales. Por el momento, la revista se distribuye en EE.UU. y Puerto Rico, pero Gubbins ya amenaza con introducir la publicación en el mercado peruano. Hasta entonces, los más impacientes pueden visitar la página web www.revistaprl.com. Aquí algunas disquisiciones al respecto.
¿Como respuesta a qué surge PRL?
Es unificar el mercado; ampliar las áreas que la gente normal puede leer, o sea, que el lector estándar, generalista, también se acerque a los libros de historia, de economía, que no se quede en la literatura. Entonces es ampliar la oferta y darle con fuerza al género del ensayo –aunque temo usar la palabra por sus connotaciones académicas–, del artículo periodístico largo. Creo que, más que el producto sea muy original, lo que sucede es que hay fuertes fallas en el mercado editorial y de ideas, algo pasa en América Latina con la comunicación. No es que yo haya descubierto la pólvora, sino que había un vacío inmenso.
¿Con qué tipo de dificultades se han topado?
Bueno, la infraestructura de la distribución está demorando. Otra cosa es que normalmente los textos funcionan, pero a veces es difícil tener textos abiertos sobre temas especializados como historia o filosofía. Una cosa que también es difícil es que el equipo que hace la revista está por todas partes: en la oficina (en NY) somos solo cinco, y después el diagramador es de La República, la correctora era de El tiempo de Colombia, Luisa Anglisani, que era del Economist, trabaja desde Chile, y los colaboradores están lejos, así que tiene sus exigencias.
¿Los antecedentes de New York Review of Books y del Times Literary Supplement de Londres han funcionado como ejemplo para PRL? ¿De qué forma buscan diferenciarse de ellos?
Sobre todo el New York Review of Books. Ahora, una cosa que este no tiene es notas breves, y nosotros sí estamos teniendo; pero siempre lo principal de la revista van a ser las notas largas, que son casi el 60%. También –y esta es una diferencia más fuerte– pensamos tener páginas con pastillas sobre lo último que está ocurriendo en un país; eso sí es bien de nuestra realidad. Diría que eso es lo que tiene editorialmente de diferente. Por otro lado, tampoco hay mucha manera de diferenciarse del New York Review of Books por lo que es: un producto como decir "pan", o sea, un producto elemental, y ellos tampoco son tan originales. Y, bueno, ellos cubren Estados Unidos y nosotros, en cambio, cubrimos casi 20 países.
¿Por qué publicar desde NY? ¿Acaso el nuevo centro de las letras latinoamericanas se encuentra allá, en el mundo del migrante?
La hacemos en NY porque es ahí donde se nos ocurrió, pero quién sabe si hubiera sido más fácil o difícil hacerla desde acá (Perú) o desde otro país latinoamericano. Hay pros y contras. Es una especie de mirada casi histórica la que te ofrece estar lejos; ahora, puede haber el reto de que simplifiques un poquito, pero intentamos que eso no nos ocurra. Por otro lado, la vitalidad del mundo editorial norteamericano es bien bacán, es muy dinámico; entonces, hay tal vez algunas ventajas logísticas. Y por otro lado, tal vez no tanto en el caso de la literatura, pero en historia y economía sí, los latinoamericanos que dan la hora enseñan allá. El centro está movido, con el asunto de la inmigración NY es bastante latino. Como dice Ilan Stavans ("La m[ino]ría hispánica viene hallando su sitio", número 3 de PRL), "lo mejor de la literatura latinoamericana está por venir, pero no en la América Latina sino en Estados Unidos". Creo que es un buen resumen.
* Publicado en Caretas 2018.
En la foto:Fernando Gubbins en el caos productivo del Jirón Amazonas, lugar donde, probablemente, comenzó a gestar su idea desde el desorden. [Leyenda de Caretas]
Por Teo Pinzás*
Filósofo y periodista residente desde hace cuatro años en Nueva York, Fernando Gubbins regresa a Perú con un interesante proyecto bajo el brazo: PRL, la primera revista latinoamericana de libros, que busca amalgamar periodísticamente el desarticulado panorama de las letras latinoamericanas actuales. Por el momento, la revista se distribuye en EE.UU. y Puerto Rico, pero Gubbins ya amenaza con introducir la publicación en el mercado peruano. Hasta entonces, los más impacientes pueden visitar la página web www.revistaprl.com. Aquí algunas disquisiciones al respecto.
¿Como respuesta a qué surge PRL?
Es unificar el mercado; ampliar las áreas que la gente normal puede leer, o sea, que el lector estándar, generalista, también se acerque a los libros de historia, de economía, que no se quede en la literatura. Entonces es ampliar la oferta y darle con fuerza al género del ensayo –aunque temo usar la palabra por sus connotaciones académicas–, del artículo periodístico largo. Creo que, más que el producto sea muy original, lo que sucede es que hay fuertes fallas en el mercado editorial y de ideas, algo pasa en América Latina con la comunicación. No es que yo haya descubierto la pólvora, sino que había un vacío inmenso.
¿Con qué tipo de dificultades se han topado?
Bueno, la infraestructura de la distribución está demorando. Otra cosa es que normalmente los textos funcionan, pero a veces es difícil tener textos abiertos sobre temas especializados como historia o filosofía. Una cosa que también es difícil es que el equipo que hace la revista está por todas partes: en la oficina (en NY) somos solo cinco, y después el diagramador es de La República, la correctora era de El tiempo de Colombia, Luisa Anglisani, que era del Economist, trabaja desde Chile, y los colaboradores están lejos, así que tiene sus exigencias.
¿Los antecedentes de New York Review of Books y del Times Literary Supplement de Londres han funcionado como ejemplo para PRL? ¿De qué forma buscan diferenciarse de ellos?
Sobre todo el New York Review of Books. Ahora, una cosa que este no tiene es notas breves, y nosotros sí estamos teniendo; pero siempre lo principal de la revista van a ser las notas largas, que son casi el 60%. También –y esta es una diferencia más fuerte– pensamos tener páginas con pastillas sobre lo último que está ocurriendo en un país; eso sí es bien de nuestra realidad. Diría que eso es lo que tiene editorialmente de diferente. Por otro lado, tampoco hay mucha manera de diferenciarse del New York Review of Books por lo que es: un producto como decir "pan", o sea, un producto elemental, y ellos tampoco son tan originales. Y, bueno, ellos cubren Estados Unidos y nosotros, en cambio, cubrimos casi 20 países.
¿Por qué publicar desde NY? ¿Acaso el nuevo centro de las letras latinoamericanas se encuentra allá, en el mundo del migrante?
La hacemos en NY porque es ahí donde se nos ocurrió, pero quién sabe si hubiera sido más fácil o difícil hacerla desde acá (Perú) o desde otro país latinoamericano. Hay pros y contras. Es una especie de mirada casi histórica la que te ofrece estar lejos; ahora, puede haber el reto de que simplifiques un poquito, pero intentamos que eso no nos ocurra. Por otro lado, la vitalidad del mundo editorial norteamericano es bien bacán, es muy dinámico; entonces, hay tal vez algunas ventajas logísticas. Y por otro lado, tal vez no tanto en el caso de la literatura, pero en historia y economía sí, los latinoamericanos que dan la hora enseñan allá. El centro está movido, con el asunto de la inmigración NY es bastante latino. Como dice Ilan Stavans ("La m[ino]ría hispánica viene hallando su sitio", número 3 de PRL), "lo mejor de la literatura latinoamericana está por venir, pero no en la América Latina sino en Estados Unidos". Creo que es un buen resumen.
* Publicado en Caretas 2018.
En la foto:Fernando Gubbins en el caos productivo del Jirón Amazonas, lugar donde, probablemente, comenzó a gestar su idea desde el desorden. [Leyenda de Caretas]