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sábado, octubre 14, 2006

Bustamante y Varela

"Recuerdo que poco después de conocernos, en medio de una conversación, dijo que el impulso que gobernaba su vida eran la literatura y la justicia. No lo dudé, pero tampoco lo creí literal. La palabrería es tan común en estas cosas, y desde luego tan corriente en mí, que me pareció algo que se dice, una fórmula educada y acorde a lo que hablábamos de tender puentes. Me equivoqué, por supuesto. Porque Cecilia se comprometía a fondo en sus textos, en su trabajo, hasta en los consejos que daba con y sin petición previa, y lo hacía siempre con elegancia, ironía y una fidelidad constante a aquella declaración de principios". Estas palabras forman parte de un sentido texto in memoriam que Jesús Gómez Gutiérrez, editor de la publicación virtual española La Insignia, ha publicado hoy para despedir a Cecilia Bustamante. Por su parte, los medios en Lima dan cuenta hoy del fallecimiento de la poeta. Correo le dedica unas líneas bajo el título de "Gran pérdida". La República consigna también su muerte, "falleció ayer tras padecer una larga enfermedad", se lee. Y Perú 21 apunta que "si ayer celebrábamos el Premio García Lorca recibido por Blanca Varela, hoy no nos queda sino entristecernos por la muerte de la poeta Cecilia Bustamante".
Precisamente en este mismo diario, Giovanna Pollarolo dedica su columna de hoy a Blanca Varela. "¿Ha obtenido Blanca Varela reconocimiento en el Perú? Hace un año, el INC publicó una antología y algunas instituciones han organizado homenajes y celebraciones. También se anuncia un libro con estudios críticos sobre su obra editado por Rocío Silva y por Mariela Dreyfus que publicará el Congreso tras, eso sí, años de espera. Y aunque nuestra poeta huye de premiaciones y homenajes, siempre será poco lo que hagamos para celebrar tener en nuestro país a una poeta como ella. O sí, leer sus poemas, pensarlos, dejar que nos atraviesen el corazón", culmina diciendo Pollarolo.
Incluyo un fragmento de una entrevista a Blanca Varela, aparecida en el primer número de la revista Casa de citas (marzo 2005), en el que la autora de Canto villano conversa sobre la poesía escrita por mujeres.
¿Por qué cree que su poesía se diferencia de la poesía femenina de la década de 1980?
En los ochenta, las mujeres querían hablar del cuerpo. Carmen Ollé habla de su pubis por ejemplo; pero yo trato de darle al cuerpo un valor de otro tipo, más racional, menos específico en cuanto a género, salvo en Ejercicios materiales. Creo que ellas se defienden de esa manera, haciendo un cuerpo común. Hay una chica que escribió algo que se parecía a lo que yo quería transmitir, María Emilia Cornejo, 'todas las mujeres son putas'. Yo he tratado de decir lo mismo, pero mi lenguaje no es tan directo, es distinto. Por ejemplo, yo aprecio mucho el adjetivo. Un adjetivo es una manera de calificar la palabra, cerrar su significado.
¿Le gustan las escritoras de la década del ochenta?
Me gustan todas. Carlen Ollé, Giovanna Pollarolo me parecen muy buenas; hay una chica que me gusta también: Rossella di Paolo, buena. Rocío [Silva Santisteban] me encanta. Me gustan sus cuentos. Su poesía es muy dura. A mí me gusta la poesía que es dura, que tiene fuerza, que castiga. Patricia Alba me encanta, es la más talentosa de todas. Más que Rocío.
Y la poesía en otros lenguajes, en otras lenguas, ¿cuál es la que más le gusta?
Emily Dickinson, Marianne Moore. Me gusta mucho la poesía norteamericana de mujeres. Moore es contemporánea, algo mayor que yo seguramente.
¿Le gusta Silvia Plath?
Me gusta mucho; pero no me gusta nada la novela.
A veces la valoración proviene del mito de la escritora suicida, desgarrada...
Sí, como Alejandra Pizarnik, a quien yo detesto totalmente (risas).


En la foto: Cecilia Bustamante.