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martes, octubre 10, 2006

Dos poetas: Eduardo Chirinos y Montserrat Álvarez

Hoy en Perú 21, el crítico José Miguel Oviedo publica un artículo sobre el poeta Eduardo Chirinos a propósito de su reciente poemario No tengo ruiseñores en el dedo. "Aunque su visión es propia de un creador contemporáneo, en muchos momentos escuchaba ecos y reverberaciones de nuestra tradición clásica. Su voz es melodiosa, pausada, cadenciosa, serena y reflexiva; eso lo distingue de los poetas de su generación, entre los cuales es común la búsqueda de la disonancia o el coloquialismo (lo que es perfectamente legítimo). La cualidad rítmica de su poesía no es su única virtud, pero sí la esencial, el corazón de su lirismo: no un ornamento sonoro ni el simple instrumento de lo que nos dice, sino una parte entrañable e inseparable de su mundo creador, sin la cual este no existiría. No fue así desde el comienzo, como puede comprobarse revisando su primer libro, escrito cuando iba a cumplir 21 años y que tituló Cuadernos de Horacio Morell (1981), que, por curiosa coincidencia, acaba de ser reeditado (Lima: Universidad Católica Sedes Sapientae-Estruendo Mudo, 2006). Así, podemos tener a vista el primer y el último Chirinos, y apreciar la evolución de ese joven creador que decidió inventar al apócrifo Horacio Morell y atribuirle el material que él había escrito en prosa y verso. Quizá lo hizo para disimular su heterogeneidad y dispersión presentándolos como papeles sueltos encontrados tras el 'suicidio' del presunto autor. Pero, luego, más visiblemente a partir de Abecedario del agua (2000) y sobre todo de Breve historia de la música (2001), libro ganador del Premio Casa de América (Madrid), su poesía tomó el rumbo y el perfil que hoy lo distingue. La presente obra no hace más que confirmarlo. El breve volumen está dividido en cuatro secciones; en las dos primeras el tema dominante es el amor; en las restantes aparece como el trasfondo de un conjunto de reflexiones -de tono marcadamente melancólico y resignado- sobre los ciclos de la naturaleza, el tiempo y la creación. Pero en general, el amor es aquí una pasión filosóficamente serena y lúcida, que tiende a distanciarse del placer que la despierta; quizá sea oportuno recordar que Chirinos es también crítico y que está acostumbrado a examinar el fenómeno poético, analizando en la obra de otros lo que conoce intuitivamente en la suya", sostiene Oviedo.
Por otro lado, Letras.s5 acaba de publicar dos poemas inéditos y recientes de Montserrat Álvarez. En el primero, el recuerdo desde Asunción de una Lima de suburbios en medio del desierto, y el mar. Y el mar es precisamente el tema del segundo texto, "Arte poética II", el cual termina con estos versos: "Así, como el mar llega, como el amor enseña, y no con las cansadas / palabras de este mundo, quiere hablar el poeta".

En la foto: Eduardo Chirinos frente a enrejadas residencias sanisidrinas.