Blanca Varela, el Nobel y más

Como se sabe, la poeta Blanca Varela se ha hecho merecedora al Premio Lorca de poesía que otorga la ciudad española de Granada. Aquí quiero pasar a mencionar la encuesta que hoy ha publicado Iván Thays en su weblog con una lista de probables ganadores al premio Nobel, que se otorga mañana jueves, ya mismo. Thays me pidió mis cinco favoritos el lunes y le envié mi respuesta esta madrugada. En ella mencioné (por puro deseo) a Varela, junto a Belli e Hinostroza, a modo de comentario comparado con Chile, que con dos Nobeles encima lleva voceados a Nicanor Parra y Gonzalo Rojas. ¿Por qué no pensar que los escritores peruanos mencionados pudieran estar pulseando algún año en la lista de candidatos?, me pregunté. Y enseguida reflexioné que ese "por qué no pensar" se situaba en el vallejianísimo y muy verdadero terreno del "hay, hermanos, muchísimo que hacer". Y, pues, hay que hacer, y hacer, y seguir haciendo. Y ese hacer pasa por desatar (o cortar, a lo Alejandro Magno) el nudo gordiano de las contradicciones internas, nacionales. Un nudo que una polémica como la que se dio en denominar entre andinos y criollos (o la actual alrededor de Madeinusa) no hacen sino señalar. (A propósito, fue la limeñísimamente encantadora Blanca Varela quien puso a un grupo de escritores la chapa de Los Regios, y ha puesto otras tantas chapas también, por supuesto, porque cuando Varela habla y dicharachea es de las que para qué te cuento, que lo digan sino las jovencitas de la revista Casa de citas. Ojalá que este premio motive -en un plano inmediato- una sabrosa entrevista con la poeta. Pienso que en una instancia Bayly sería el indicado). España, entonces. Según tengo entendido, Belli estará en Madrid en noviembre. Hinostroza publicó hace muy poco en una importante editorial de ese país su Primicias de cocina peruana, que le valió un premio, y en España le aguardan más noticias en los próximos meses. Y está el caso de José Watanabe, cuya poesía goza de gran aceptación (no sólo) en ese país. Y siempre hay más, pero este es, siempre es bueno recordárselo, estimado lector, un simple post. Simple pero concienzudo, hasta donde el tiempo y las obligaciones lo permiten (por no decir toleran).
No quiero dejar pasar el día sin incluir dos notas aparecidas hoy. La primera, la exposición colectiva La realidad transmitida que se inaugura ya mismo en la novísima galería barranquina 80 m2. Alfredo Márquez y Marcel Velaochaga entre los artistas participantes. Por último, este texto de Juan Zamudio, escritor arequipeño de las nuevas hornadas que editó recientemente el libro Lima o el largo camino de la desesperación, de Carlos Oliva, tema de su artículo publicado por Letras.s5.
PD: Enrique Bernales me ha escrito para decirme que ha puesto en su weblog La fiesta del fauno una respuesta puntual a un comentario de Abelardo Oquendo a su reseña sobre La hora azul de Alonso Cueto.

En la foto: Blanca Varela ante retrato de Octavio Paz, quien prologó su primer poemario.