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viernes, junio 27, 2008

Ademán de guachimán

Escritor cusqueño Luis Nieto Degregori otea la nueva Lima con El guachimán y otras historias

Por Carlos Cabanillas*

Cusco, ombligo del mundo, tiene un piercing. La vieja Lima –capital en decadencia– ha sido reemplazada por una nueva megalópolis. De fricciones y roces sociales afines trata El guachimán y otras historias (Santillana, 2008), último libro del curtido escritor Luis Nieto Degregori. Consta de un cuento y dos novelas cortas, todo hilvanado y cosido a través de la problemática sexual.
Los personajes utilizan el sexo para conseguir estatus social o resarcimiento. Incluso amor. Pero el amor difícilmente puede nacer en un contexto de tanta desigualdad. En "La mala conciencia" un sacerdote que intenta aprovecharse de una muchacha termina siendo el engañado.
Busca manipularla con la ley divina del bien y el mal, pero termina sobrepasado por la picardía amoral de ella. En "El descubrimiento de América" (1968) de Alfredo Bryce el protagonista abusa de 'la chola América'. ¿Cuánto ha cambiado el país en cuarenta años?

Ese cuento me gustó muchísimo. Es de una época de más inhibiciones y prejuicios. Simboliza el nacimiento de una nación. Yo intento narrar en el presente las manifestaciones de esa violencia pasada. En este contexto, el sexo no puede ser sólo un acto placentero.
Un intento de explicar la sociedad a través de sus vidas privadas. "La historia privada de las naciones", como Balzac se refería a la novela.
Así es. Recuerdo también los cuentos de Iván Bunin, un Nobel ruso que quiso describir su sociedad a través de las relaciones sexuales y amorosas. Aquí son violentas, siempre marcadas por el poder económico. El hostal, entonces, es el espacio de enfrentamiento. El escenario simbólico en el que el nuevo limeño vive su sexualidad.
Un escenario pasajero, como las combis y casinos que aparecen en su libro. También hay menciones a la pollería Norky's y a la calata de Caretas.
Son elementos de nuestra sexualidad. Para El guachimán tuve que descubrir el mundo de los avisos sexuales en Internet. El protagonista, quien había sido choleado por su propia enamorada, encuentra su resarcimiento al estar con una chica blanca y bonita.
Sorprende el optimismo de su libro. Solía abordarse a la ciudad de Lima desde una mirada desencantada. Incluso evocando la 'arcadia colonial' que rechazó Sebastián Salazar Bondy o la Lima señorial que se fue.
Es una respuesta a la pregunta de cuándo se jodió el Perú, frase que me molesta mucho. [Mario] Vargas Llosa describe con ella sólo al Perú criollo, el que tenía la sartén por el mango. Ese Perú está en crisis desde los cincuenta, década en que se ambienta Conversación en la Catedral. Pero el resto del país ha mejorado. Te aseguro que el chofer Ambrosio (personaje de la novela) la pasó mejor que sus padres.
El estupro que el 'chofer negro' comete con su amo, 'criollo y corrupto', sería un anuncio de la decadencia. Gregorio Martínez dice que en el cuándo se jodió el Perú, joder equivale a copular.
Es que en las haciendas, el patrón era el dueño de la sexualidad de sus sirvientes. Mis historias "El guachimán" y "Ninochka" son una venganza. Pero triste, finalmente, porque sólo el sexo más intenso es el que finalmente deriva en amor.

* Publicado en Caretas 2033.
En la foto: Luis Nieto Degregori. "El guachimán observa pasivamente la sociedad a través de la vitrina", señala.