Adolph, Cueto, Nieto Degregori
ASIA/EISHA. José B. Adolph escribe en su columna El Señor de los Colmillos de la sección cultural de Caretas un artículo sobre el balneario de Asia, ubicado al sur de Lima. "Antes de emitir una observación al respecto, quiero advertir que mis recursos no me permitirían colocar ni una caseta de perro en ese lugar. Dicho esto, y apoyando a todas las críticas justificadas a acciones y comportamientos de algunos o muchos de los allí residentes, quisiera mencionar un hecho que poco o nada tiene de casual: la creciente presencia de artistas e intelectuales, incluyendo a conocidos escritores en eventos allí organizados. Además de todo lo que es y representa la nueva Asia, que se puede resumir en la presencia de los famosos y detestados nouveaux riches = nuevos ricos, que no han pasado por las dos o más generaciones necesarias para adaptarse a tener dinero y favorecer la cultura, ya comienza a manifestarse una verdad prácticamente universal: allí donde está el poder económico, la cultura se sube al tren", sostiene. Adolph.
"UNA HISTORIA INSUFICIENTE". Ayer en su columna de libros del diario La Primera Jack Martínez escribió a propósito de la novela de Alonso Cueto El vuelo de la ceniza, recientemente reeditada por Seix Barral. En opinión de Martínez, lo negativo: "Una historia insuficiente si se toma en cuenta que la novela pretende, a través de un estilo plagado de frases cortas que no siempre son efectivas, establecer una atmósfera de suspenso y, sobre todo, de misterio. Mas no se puede hablar de suspenso mientras las acciones transcurren con lentitud agobiante. Ni de misterio, pues se sabe desde el inicio que el asesino de la hermana de la amante, y luego de otras personas de participación secundaria, es Boris Gelman". Lo positivo: "La construcción psicológica del asesino, algo importante en este tipo de novelas, sí es cabal en El vuelo de la ceniza". Y, en síntesis: "Más que una novela de suspenso constante, El vuelo de la ceniza tiene un carácter ligero y, sólo a veces, entretenido".
En la foto: Luis Nieto Degregori.
"UNA HISTORIA INSUFICIENTE". Ayer en su columna de libros del diario La Primera Jack Martínez escribió a propósito de la novela de Alonso Cueto El vuelo de la ceniza, recientemente reeditada por Seix Barral. En opinión de Martínez, lo negativo: "Una historia insuficiente si se toma en cuenta que la novela pretende, a través de un estilo plagado de frases cortas que no siempre son efectivas, establecer una atmósfera de suspenso y, sobre todo, de misterio. Mas no se puede hablar de suspenso mientras las acciones transcurren con lentitud agobiante. Ni de misterio, pues se sabe desde el inicio que el asesino de la hermana de la amante, y luego de otras personas de participación secundaria, es Boris Gelman". Lo positivo: "La construcción psicológica del asesino, algo importante en este tipo de novelas, sí es cabal en El vuelo de la ceniza". Y, en síntesis: "Más que una novela de suspenso constante, El vuelo de la ceniza tiene un carácter ligero y, sólo a veces, entretenido".
NIETO DEGREGORI ENTREVISTADO. Enrique Planas entrevista hoy (en una nota de título efectista e infeliz) en la sección cultural de El Comercio a Luis Nieto Degregori en torno a su nueva novela Asesinato en la Gran Ciudad del Cuzco, en la cual el narrador cuzqueño "une género policial y novela histórica para recrear uno de los mayores escándalos en el Perú del siglo XVIII: el juicio por el crimen del Marqués de Ballumbroso". Incluyo la pregunta final. "En la historia de desencuentros ente padre e hijo se percibe su propia historia, la difícil relación con tu padre (el desaparecido poeta cusqueño, militante izquierdista y parlamentario Luis Nieto). ¿Cuánto le ha dolido personalmente este libro?": "Yo empecé este trabajo indagando en la historia. Solo cuando tuve abundante documentación sobre el cronista Diego de Esquivel y especialmente de su padre, el marqués de Ballumbrosio, en ese momento empecé a tejer en mi cabeza la ficción que quería contar. Y cuando me planteo la relación conflictiva del cronista con su padre, a medida de que iba avanzando con el libro, comprendía que también estaba plasmando, de alguna manera, la conflictiva relación con mi padre. El temperamento del personaje de la novela empezó a acercarse al temperamento de mi padre, volcánico, aplastante, dominante. Fue una sensación de dolor y revelación al mismo tiempo al escribir este libro".
En la foto: Luis Nieto Degregori.